Diez años sin Néstor

Si la memoria no nos falla, la última vez que Néstor Kirchner vino a Catamarca tuvo una mala noche. Vino al acto que se hizo famoso por aquel “Subí Ramón” con que Lucía Corpacci invitaba a Ramón Saadi a subirse al escenario.

Por entonces Corpacci era vicegobernadora, castigada a diario por la prensa ultraoficialista del Frente Cívico y Social, que era casi toda la prensa provincial, y todos se hicieron un festín con el malogrado acto, que tuvo a Néstor como testigo en la esquina de Sarmiento y San Martín.

Al domingo siguiente, el FCS se anotó un nuevo triunfo, que confirmaba que la aceitada maquinaria electoral, que tenía al radicalismo como locomotora, mantenía la misma eficacia de siempre.

Con 20 años en el poder asegurados, Eduardo Brizuela del Moral gritaba entusiasmado que había Frente Cívico “para 40, 60 años más”. Fue uno de los peores vaticinios de su vida.

Néstor murió en octubre del año siguiente, y no llegaría a ver su gran triunfo en Catamarca. Un triunfo tan contundente que hoy se encamina a cumplir una década en el poder.

Claro que no fue fácil, porque aquella alianza electoral de 2007, que ponía a Brizuela y su gobierno como uno de los primeros “radicales K” del país, duró menos que un suspiro. Y Corpacci, sola, atacada y ninguneada, se fue al Senado de la Nación –como minoría- casi para huir del acoso al que se la sometía sin pausa.

Dice la leyenda que para las elecciones de 2011 Néstor quería como candidato a gobernador a Dalmacio Mera, y Cristina a Lucía. No sabemos, pero fue Lucía la candidata, y la gobernadora que terminó de sepultar al FCS. Lo hizo desaparecer literalmente: tras dos mandatos, en las elecciones de 2019, el Frente Cívico y Social fundado en 1991, ya no figuraba en las boletas electorales.

Néstor Kirchner no llegó a verlo, pero cambió la historia de Catamarca. Primero poniendo un alfil propio bajo aquella alianza de 2007, que fue el caballo de Troya en el oficialismo de la época. Porque el FCS creyó que la jugada de hacerse K por un rato era un negocio pasajero, y cuando se quiso deshacer del nuevo peronismo, ya era tarde.

Se terminaron yendo y a la fecha no hay señales de que puedan volver. Catamarca se hizo K, y ni siquiera con la ola amarilla del macrismo cambió de parecer.

El triunfo tiene muchos padres, dicen. Pero aquí seguramente es de Néstor, y también del Bombón Mercado, que fue el cerebro mentor de toda la jugada.

El Catucho.

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