El Gobierno ratificó este sábado que la última oferta hecha a los bonistas es el “máximo esfuerzo” que puede hacer la Argentina sin comprometer el futuro del país, aunque de manera oficial dijo que está dispuesto a introducir modificaciones contractuales, tal como lo habían solicitado varios grupos de acreedores en la contrapropuesta que le presentaron al Ministerio de Economía.
En un comunicado, el Gobierno considera como un “lamentable paso atrás” el rechazo de los acreedores a la última mejora de la oferta, pero agrega que de todas formas “Argentina ha examinado estas nuevas solicitudes en forma constructiva y de buena fe”.
En ese sentido, señala que los nuevos términos económicos solicitados por los bonistas en la contrapropuesta “no pueden ser acomodados”. Y agrega que “con más del 50% de las niñas y los niños argentinos viviendo en la pobreza, no podemos mejorar las ganancias de corto plazo de nuestros acreedores a costa de detraer recursos necesarios para darle a nuestras niñas y niños al menos la oportunidad de un futuro mejor”.
Es por eso que el Gobierno insiste en que la última oferta presentada a los bonistas es lo máximo que la Argentina puede pagar, pero sostiene que “Argentina desea contribuir y contribuirá a la elaboración de instrumentos contractuales que mejoren el éxito de las iniciativas de reestructuración de deuda soberana cuando los deudores tengan apoyo significativo de los acreedores”.
En esa línea agrega, en consonancia con el pedido de los acreedores, que “los ajustes a los modelos de contrato elaborados por el International Capital Markets Association (ICMA), que fueron adoptados por Argentina en 2016, en la medida en que gocen de un apoyo generalizado, también serán apoyados por Argentina”.
“Argentina tiene la plena intención de llegar a un acuerdo sostenible que no someta a su pueblo a más sufrimientos y angustias”, indica el comunicada y enfatiza que “sobre la base de esas premisas, el gobierno argentino manifestó que la propuesta del 6 de julio es la oferta definitiva de la República a sus acreedores y representa el máximo y último esfuerzo que el país puede sostener”.