Todo empezó con un video de Román Guitián, el cacique de la comunidad Atacameños del Altiplano en Catamarca, que desde el río de Los Patos mostró cómo sacaba peces muertos del agua con la mano.
Guitián expresó su preocupación con un dramático llamado a las autoridades, y pidió que hagan algo para detener la contaminación que atribuye la actividad minera de la zona.
No es la primera vez que el río Los Patos es el eje de denuncias, protestas y movilizaciones, pero hasta aquí nadie hizo nada, a nadie le importó y la minería sigue arrasando.
El cacique explicó que las truchas fueron sembradas hace un siglo en el lugar, y que las están matando, entre otras cosas, por las obras para desviar el caudal del río.
Más rápido que la luz, salieron supuestos expertos a asegurar que las truchas no se ven perjudicadas por los emprendimientos, aunque no hubo muchas explicaciones. Solo dijeron que no se daña ni se contamina nada, como siempre.
Una respuesta rápida propia de las grandes empresas, que a puro billete publican lo que quieren y cuando quieren desde hace años. El cacique fue claro, y señaló como responsables a dos empresas: Huasi Construcciones y la minera Galaxy. Huasi Construcciones es bien conocida, y recibe obras del Estado hace tiempo.
El periodista Juan Carlos Ledesma, cuando le pegaba seguidito a Jalil, ya había denunciado favores para Huasi, y aseguraba en su portal que “La empresa ejecutora Huasi Construcciones está integrada por el cuñado del intendente Jalil y es la encargada de llevar adelante la urbanización del barrio”, en referencia a La Esperanza.
Claro, es de los tantos que hacían fila para cachetear a Jalil cuando era intendente, y ahora se convirtieron en funcionarios y fanáticos jalilistas. De Galaxy ya se sabe: es una de las mineras que llegan a llevarse los recursos catamarqueños y se llevan millones para fuera del país.
Las truchas volvieron a poner el tema en el centro de la escena. ¿Serán truchas las imágenes o la desmentida de los “expertos” al cacique?