Algo viene pasando en el COE. Después de cambiar las fases por el semáforo y el semáforo por las etapas, vienen errando fiero casi todos los días. Hasta presentaron una fórmula ilegible que pondría bizco a Einstein como fundamento de sus decisiones.
El colmo fue anunciar el viernes que el lunes volvían los alumnos a las escuelas para decir el sábado que lo iban a pensar y el domingo que mejor no volvieran nada.
Van cambiando los partes del COVID a medida que va empeorando la situación. Cada vez se entienden menos. Antes contaban infectados, después infectados y muertos. Ahora hay que buscar con lupa esos números, y dan detalles y más detalles de las vacunas. Bueno, no tantos detalles, dan números. De cuántos funcionarios y amigos de funcionarios se vacunaron nunca dieron detalles.
Cuando había 20 ó 30 infectados lo decían claro y difundían la información cada noche. Después pasaron a la tarde. Ahora que hay más de 18.000 infectados tratan de ser más discretos.
Cuando no había muertos hablaban con medios nacionales para explicar la genial estrategia catamarqueña, ahora que hay más de 150 víctimas fatales ya no dicen qué tenían los pacientes fallecidos.
Van recortando y acomodando la información, cada vez más confusa. ¿Para qué? ¿Para no generar pánico? Si es para eso deberían ponerse de acuerdo, porque cada vez que habla un funcionario parece Lilita Carrió anunciando el apocalipsis.
Impiden la circulación con cambios inexplicables…. De 20,30 a 21, de 21,30 a 20… y toda la mañana la ciudad abarrotada de gente en bares, bancos, negocios, plazas. No se entiende qué clase de prevención hacen. Para eso que hagan como Córdoba, que avisa que cada uno se cuide y no prohíbe nada. Estas prohibiciones selectivas y parciales son ridículas.
Y queda claro que no da resultado: día tras día se suman 100, 200 infectados como si nada.
Ya no hay ninguna lógica en las decisiones. No hay coherencia. No hay ningún efecto positivo. Estamos cada vez peor, ya muy lejos de las intercesiones virginales que se señalaban como mágica explicación del lejano cero en contagios.
Hay desconcierto y ese desconcierto se transmite. Nadie admite que la táctica no está funcionando. Los números hablan por sí solos. Estas baterías de medidas resultaron una aceleración al precipicio. En fin… de todas formas si se llega al colapso la culpa será de la gente irresponsable.
La situación es realmente grave y el COE debería empezar a revisar sus decisiones, porque lo único que se logró es, en sólo seis meses, multiplicar por nueve la cantidad de casos y fallecimientos. Así no se puede seguir:
11 de diciembre:
2.050 infectados y 15 fallecidos
11 de enero:
3.889 infectados y 21 muertos
11 de febrero:
7.062 infectados y 42 muertos
11 de marzo:
9.417 infectados y 63 muertos
11 de abril:
12.754 infectados y 85 muertos
11 de mayo:
18.061 infectados y 136 muertos