La vieja polémica “minería sí, minería no”, ha quedado en el pasado. Hasta provincias como Mendoza, históricamente negada a la producción minera, está avanzando para abrirse al rubro.
Las razones son dos: una, que los recursos que puede generar son importantes, y dos, que hay numerosos ejemplos en el mundo de que se puede hacer minería bien.
Lo que definitivamente no se puede es seguir como está Catamarca hoy, donde se presume hace años de que la minería es política de Estado, y no se trabaja seriamente.
No hay licencia social, como lo demuestran los históricos conflictos en Andalgalá y los actuales en Antofagasta y Fiambalá.
No hay controles verdaderos, como lo demostraron las denuncias de la Aduana que revelaron cómo robaban las empresas subfacturando.
No hay beneficios para la gente.
Catamarca vive promocionando su minería y se hacen semana por medio grandes anuncios de inversiones multimillonarias en dólares. Hace años. Y sin embargo tenemos un Gobierno que está rogando que se apruebe la Ley de Emergencia Económica, y un gobernador que viene de hacer un raid pidiendo plata prestada a cuanto banco regional haya para poder hacer una obra.
Catamarca se maneja mal. Fracasó con Bajo La Alumbrera y fracasa ahora. Es una realidad, solamente que lo de Bajo La Alumbrera lo dicen los peronistas, porque no gobernaban, y lo de ahora lo dicen los demás.
Entre tanto desacierto, quien parece haber dado en la tecla es el diputado nacional Francisco Monti, que propone sincerarse, hacer borrón y cuenta nueva, y hacer minería pero en serio, no para negociado de los de afuera y dos o tres pícaros de adentro.
“Hay que mejorar los beneficios de la minería para las provincias que desarrollan proyectos. No podemos renunciar al desarrollo inteligente de nuestros recursos naturales. Lo tenemos que hacer sobre todo por las futuras generaciones. Hay una prosperidad posible. Seguramente nosotros no podamos disfrutarla. Apuesto a que el debate político económico y ambiental que involucra a la minería se realice en base a evidencia científica. Sin prejuicios ideológicos ni que se invoquen supuestos derechos que no existen. Sin la ambición desbocada de funcionarios de gobierno sedientos de un negocio extra ni sometiendo al sector privado a diversos procesos extorsivos. Es largo y complejo pero tenemos que animarnos a tener una conversación sincera. Yo sí creo que lo que hizo Chile, Australia, Nueva Zelanda o Canadá nosotros también podemos llevarlo a cabo con sentido común”, señaló Monti.
¿Hay recursos naturales? Hay. ¿Hay tiempo de corregir y cambiar? Hay. ¿Se puede hacer minería en serio? Se puede.
¿Hay voluntad de hacerlo? No sabe no contesta.