La expresidenta Cristina Fernández de Kirchner reapareció en la escena política con un encendido discurso en Paso de los Libres, Corrientes, donde respaldó la candidatura del intendente Martín Ascúa a gobernador. En su intervención, apuntó con dureza contra el Gobierno de Javier Milei, el Poder Judicial y los sectores económicos concentrados, a la vez que ratificó su compromiso con la militancia y su rol en la campaña electoral.
“Me gatillaron en la cara porque me quieren presa o muerta. Pero lo que nunca van a lograr es evitar que vuelva el pueblo”, lanzó Cristina, en alusión al intento de magnicidio de 2022 y a las causas judiciales en su contra. También denunció que tras oficializar su candidatura a legisladora bonaerense, se desató una ofensiva judicial en su contra: “Salió el anuncio y se desataron los demonios. Empezaron a pedir de todos lados que me metan presa”.
Durante el acto, la exmandataria recordó los años de gobierno kirchnerista en clave comparativa: “600 mil correntinos y correntinas accedieron a la electricidad, pero no sólo la tenían, la podían pagar y además les sobraba para comer. Eso ahora no pasa”. Agregó que durante esos años “la gente era feliz, no vivía en Disney, pero vivía mejor”, y cuestionó con ironía a los discursos anticorrupción: “Desde que están los honestos y transparentes, la gente cada vez vive peor”.
Cristina también criticó la interna del peronismo y pidió evitar personalismos: “Esto no está para proyectos individuales ni para genios y salvadores. Es momento de construir desde lo colectivo, con esfuerzo compartido”. En ese marco, advirtió sobre los peligros de subestimar al poder económico: “Es mucho más inteligente que algunos dirigentes de nuestro espacio. No tropieza dos veces con la misma piedra”.
Con relación a la crisis económica, alertó que el actual modelo “no tiene plan económico” y lo comparó con viejas recetas liberales: “Es una remake de la tablita de Martínez de Hoz o la convertibilidad de Cavallo. Como el yogurt, tiene vencimiento, aunque no lo diga en la tapa”. También se refirió a los recortes en ciencia, salud y educación: “No se hace un país cerrando el CONICET ni diciéndole a los médicos que si estudian es culpa suya si ganan poco. Hay que repensar un Estado eficiente, pero presente”.
En otro pasaje de alto voltaje emocional, habló del rol del Estado frente a la vulnerabilidad: “¿Cómo la gente se va a olvidar de los remedios del PAMI? ¿Cómo se puede ser tan bestia de decir que el Estado no tiene culpa de que alguien tenga un hijo discapacitado? Energúmenos y hdp, eso es lo que son”.
Sobre el final, aludió al caso Loan: “No está bueno vivir en una provincia donde se roban a un pibe”, y cerró con un mensaje de esperanza y unidad: “Nadie se salva solo, todos necesitamos del otro. Hay que construir una Corrientes mejor”.