El pasado 29 de mayo, la Cámara Penal de Segunda Nominación, por unanimidad, halló culpables a dos hombres por el delito de “homicidio en ocasión de robo”.
El fiscal Gustavo Bergesio había pedido una pena de 22 años para Hernán Maximiliano Pacheco y de 21 para Rodrigo Ismael Segura.
El 16 de abril de 2017, Pacheco y Segura se trasladaban en una moto. Sebastián Pereyra fue abordado por Pacheco en el ingreso al barrio Parque América, quien pretendía robarle el teléfono celular. La víctima se resistió y Segura, quien conducía una moto, dejó el rodado y se acercó a Pereyra y lo agredió. Al alejarse, le dijo a Pacheco, quien tenía un arma de fuego, que le pegara un tiro. Pereyra fue asesinado de un disparo.
Los jueces Luis Guillamondegui, Fabricio Gershani Quesada y Elizabeth Cabanillas fijaron una pena de 21 y 20 años, respectivamente. El viernes último se dieron a conocer los fundamentos de la sentencia.
Para los magistrados, existió un “hecho de intento de desapoderamiento violento de un bien ajeno seguido de la muerte de la víctima, ocasionada mediante el disparo de un arma de fuego, y del que participaron dos personas”.
De acuerdo con los fundamentos, los testigos, con alguna que otra matización, advirtieron que se trataba de un típico caso de arrebato de un celular, describiendo que el atacante era un joven delgado y que vestía un buzo con capucha y que había otro muchacho que se encontraba en una moto, que también agredió físicamente a la víctima a los fines de facilitar el atraco y que era más robusto. “Todos los testigos coinciden al señalar que ante la tenaz resistencia de la víctima, el robusto de la moto le indicó al flaco de capucha roja que le disparara: ‘pegale un tiro, pegale un tiro, vamos, vamos’, lo que a la postre sucedió; advirtiendo algunos de los testigos el ruido consecuente y otros el fogonazo”, remarcaron.





