Dos de los rugbiers acusados por el crimen de Fernando Báez Sosa, ocurrido el 18 de enero pasado a la salida de un boliche de Villa Gesell quedaron más complicados, luego de hallarse el ADN de la víctima en la camisa de uno de ellos y sangre del restante en una uña del joven asesinado.
La fiscal de la causa, Verónica Zamboni, recibió los resultados de una serie de estudios de ADN realizados en laboratorios del Ministerio Público en Junín.
Fuentes judiciales revelaron que esas pericias determinaron que había sangre de Báez Sosa en una camisa de Matías Benicelli, la cual estaba mezclada con sangre del mismo Benicelli.
En tanto, un hisopado a la uña de un dedo meñique de la víctima reveló sangre de Blas Cinalli, otro de los implicados, algo que ya había trascendido el mes pasado pero no de manera oficial.
Ahora, la fiscal Zamboni aguarda el resultado de la pericia de scopometría a la zapatilla atribuida a Máximo Thomsen, encontrada por la Policía Bonaerense en la mañana posterior al crimen.
La pericia scopométrica comparará el dibujo de las suelas con la huella encontrada en el rostro de Báez Sosa.
Thomsen, Benicelli, Cinalli, Ciro Pertosi, Luciano Pertossi, Lucas Pertossi, Enzo Comelli y Ayrton Viollaz continúan detenidos en la alcaidía de Melchor Romero, en La Plata, imputados como coautores del delito de “homicidio agravado por alevosía y por el concurso premeditado de dos o más personas”, cometido frente al boliche Le Brique de Villa Gesell el pasado 18 de enero.
En tanto, Juan Pedro Guarino y Alejo Milanesi se encuentran imputados en calidad de “partícipes necesarios”, pero fueron excarcelados meses atrás.