El vínculo entre Javier Milei y Donald Trump, marcado por una sintonía política e ideológica, sumó un nuevo capítulo en Washington con un hecho sin precedentes: el secretario de Energía de los Estados Unidos, Chris Wright, irrumpió sin invitación formal en una mesa de trabajo organizada por la embajada argentina para debatir el potencial energético de Vaca Muerta.
La reunión, encabezada por el embajador argentino Alejandro Oxenford, junto a Juan Corteletti, jefe de Misión Adjunto, y Julia Hoppstock, consejera económica y comercial, convocó al influyente Council for a Secure America (CSA) con el objetivo de analizar posibles acuerdos energéticos bilaterales. Pero la llegada espontánea de Wright, figura central de la administración republicana, elevó el perfil político del encuentro.
Wright no solo mantiene una línea directa con el secretario de Estado, Marco Rubio, y el secretario del Tesoro, Scott Bessent, sino que días atrás se alineó con ellos para bloquear la extensión de licencias a Chevron en Venezuela, evitando beneficios a la administración de Nicolás Maduro. Su aparición en la embajada argentina envía un mensaje claro: Washington ve con buenos ojos el desarrollo energético argentino bajo la gestión Milei.
Durante el encuentro, los representantes nacionales presentaron argumentos sólidos para atraer inversiones extranjeras a Vaca Muerta. Subrayaron la eficiencia y productividad de la cuenca, su capacidad de resistir las fluctuaciones del mercado petrolero, las ventajas comparativas del país en hidrocarburos no convencionales y el papel clave que cumplen las tecnologías estadounidenses en el desarrollo de la región.
Finalizada la reunión, Oxenford extendió una invitación formal a Wright para visitar Argentina, propuesta que fue aceptada, aunque supeditada a su agenda de 2025. Para el gobierno libertario, la visita sería un espaldarazo crucial que consolidaría la relación bilateral y facilitaría el ingreso de inversiones clave para robustecer las reservas del Banco Central.
La alianza energética avanza en paralelo a negociaciones más amplias con Estados Unidos. Argentina busca atenuar los efectos de los aranceles impuestos por la gestión Trump a sus exportaciones, y trabaja para eliminar distorsiones legales en el uso de patentes y barreras arancelarias que obstaculizan el comercio. En ese contexto, no se descarta que una misión técnica de la Cancillería viaje a Washington antes de fin de junio.
La tarea no es sencilla: el Palacio San Martín y el Ministerio de Economía intentan cumplir con las exigencias de la Secretaría de Comercio y la Oficina del Representante Comercial de los Estados Unidos (USTR), pero dependen de que Milei logre una mayoría parlamentaria tras las elecciones legislativas de octubre para impulsar reformas estructurales.
Mientras tanto, en la Casa Blanca se analiza cuándo podría concretarse la esperada reunión entre Javier Milei y Donald Trump. Con el inicio del receso de verano en Washington el próximo 4 de julio, el encuentro aún no tiene fecha confirmada, pero los puentes entre ambos gobiernos se siguen fortaleciendo con cada paso diplomático.