Este lunes se llevó a cabo la audiencia de admisión de pruebas en la causa que investiga la muerte de Liliana Garabedián, hallada sin vida en diciembre de 2012 en una ripiera del departamento Capayán. En la sala estuvo presente el imputado, Roberto Alejandro Barros, quien fuera su esposo —aunque estaban separados al momento del hecho— y actualmente enfrenta cargos por el delito de abandono de persona agravado por el vínculo.
En su momento, la Justicia determinó que Garabedián, quien había recibido el alta médica tras estar internada por un tratamiento psiquiátrico en el Hospital San Juan Bautista, falleció por inanición. Su cuerpo fue hallado días después de su desaparición. Sin embargo, en 2022, la causa dio un giro cuando la fiscal Jésica Miranda incorporó un informe pericial realizado por Gendarmería Nacional. Las imágenes analizadas revelaron lesiones en el cuello de la víctima compatibles con asfixia, lo que llevó a una revisión de las circunstancias que rodearon su muerte.
A partir de esos nuevos elementos, la fiscal Miranda acusó a Barros, no por homicidio, sino por el presunto abandono de persona. La fiscalía considera que, pese a la separación, Barros tenía la obligación de asistir a Liliana tras recibir el alta médica. Por otro lado, desde la defensa de Barros aseguran que en ese período Garabedián se encontraba bajo el cuidado de su madre, Lola Carrizo, quien actualmente es parte querellante en la causa.
La audiencia de hoy estuvo presidida por la jueza directora Patricia Olmi, quien habilitó la incorporación de pruebas y testimonios que serán evaluados durante el juicio por jurados previsto para el próximo 4 de junio. La instancia se desarrollará en la sede de la Oficina de Gestión de Audiencias (OGA), ubicada sobre avenida Colón.
Durante esta etapa previa, tanto la defensa como la fiscalía expusieron sus teorías del caso, definiendo cómo presentarán los hechos ante los jurados populares que tendrán la responsabilidad de emitir un veredicto.
La palabra del abogado Iván Sarquís
“Fue una audiencia tranquila, sin sobresaltos”, dijo.
La palabra de Alejandro Barros
“Dejo que mi abogado haga lo que tenga que hacer y estoy tranquilo”, declaró.