Dicen que en el Concejo Deliberante de Valle Viejo hay actividad paranormal. Extraños sucesos de cosas que desaparecen sin la intervención de seres de este mundo. Inexplicables y oportunos extravíos de expedientes como por arte de magia o la intervención de duendes. Como sucedió con el documento ingresado al organismo el 19 de junio con número de entrada 123 y que, un par de días después, se había desmaterialzado.
Estos sucesos no solo espantan, sino que además generan graves problemas institucionales, porque el expediente que se esfumó era, ni más ni menos, el pedido de juicio político contra la intendenta Susana Zenteno, presentado por vecinos de Valle Viejo. Y ahora, no se puede avanzar en el enjuiciamiento de la cuestionada jefa comunal. Fantasmas traviesos y antidemocráticos que no dejan que el pronunciamiento del pueblo sea escuchado por sus representantes.
Aunque parece que las fuerzas espectrales tienen protegidos, y en este caso aplican sus artilugios a favor de la intendenta, eliminando el peligroso documento y neutralizando la avanzada popular para enjuiciar a Zenteno.
La trama sobrenatural se descubrió cuando, durante la sesión de la semana pasada, el concejal radical Gerónimo Cabrera pidió la lectura del expediente, de unas 16 páginas, y recibió como respuesta que el mismo “no existía” (música de terror). Aunque el presidente del CD, Lucas Cisternas, prometió “se investigaría la pérdida del expediente. “En el año y medio que llevo ejerciendo nunca se perdió nada en este Concejo”, dijo el edil, seguramente con un frió recorriendo su espalda al presentir la presencia espectral.
La juventud de la UCR fue por una vía mucho más mundana, presentado una denuncia en la justicia, invocando leyes de este plano, como los artículos 293, 248 y 277 del Código Penal, que contemplan delitos como destrucción u ocultamiento de documento público, abuso de autoridad y encubrimiento. Y parece que tenía razón.
Porque no se trataba de fantasmas, ni duendes, ni espantos, sino de una maniobra del presidente del CD que, argumentando cuestiones de forma y legales declaró la “inadmisibilidad del pedido de juicio político en base a datos concretos y objetivos”. Es que después de prometer una investigación, parece que convocó, no a los cazafantasmas, sino a los alquimistas de la legalidad que encontraron argumentos para tirar para atrás el expediente, blindando a la cuestionada intendenta que sigue sumando capítulos de bochorno institucional, cobijada por su legión de funcionarios. Porque, al final, no era actividad paranormal, sino otro episodio de gestión paramoral.