Dicho y hecho, los médicos que robaron truchando órdenes de OSEP no sólo no irán presos: ni siquiera fueron juzgados. Todo se arregló tranquilamente, y se ganarán el perdón tirando unos mangos y supuestamente trabajando gratis en “extenuantes jornadas” de cuatro horas por semana.
La justicia será ciega, pero qué distinto es choriar cuando sos médico. Porque a un perejil que se intenta llevar dos mandarinas de un super lo agarra la policía, le meten las esposas, le sacan fotos, la reparten a los medios y de ahí a Miraflores.
Pero si le robás al Estado y sos doctor, pase nomás. Diga usted cómo quiere arreglar, le metés un Plan Zeta, como gustes, y seguí facturando tranquilo. Nadie dice nada.
Y todos los empleados de los organismos que ayudaban a los choreos, tranquilos nomás, la justicia no sabe cómo identificarlos, no hay acusación, no hay nada.
El Estado es el hijo bobo que todo lo paga, y el que quiera meter la mano en la lata que se sirva a gusto, no hay ningún problema.
Todos pueden seguir ejerciendo, todos pueden seguir facturándole a OSEP y al Estado, total la gilada de los afiliados para con lo que le descuentan todos los meses. Y cuando vayan encima les pueden cobrar plus sin darle factura, todo está bien.
Ahora hacen controles sorpresa al estilo Stalin, con “inspectores” que hacen una compra cualquiera y se quedan esperando que no les den el ticket para denunciarte. Piden 200 gramos de salame y te denuncian. Pero si sos médico, metele a cara descubierta.
Y OSEP calladito. Sigue pagando. ¿Y qué va a decir? Con lo que hacen con internaciones, derivaciones, medicamentos, autorizaciones. Esto son chirolas, es un vueltito, pobres giles que se dejaron atrapar.
Y la Justicia qué va a decir. Nada, es el paraíso de los corruptos, que siga la fiesta.





