Tras la reciente victoria de William Lai en las elecciones de Taiwán, un fuerte rechazo por parte del gobierno chino se hizo evidente, considerando al líder electo como una “amenaza para la paz” y desafiando la legitimidad de los comicios en la isla.
La tensión ha sido palpable en los últimos meses, dado el interés del gobierno chino en la unificación con Taiwán. La elección de Lai, un reconocido opositor a esta posibilidad, ha exacerbado las tensiones entre ambas naciones, desencadenando una nueva amenaza por parte de China.
Chen Binhua, portavoz de las oficinas chinas encargadas de las relaciones con el gobierno taiwanés, expresó enérgicamente el rechazo hacia la legitimidad de las elecciones, declarando que se opondrán firmemente a cualquier intento separatista de independencia taiwanesa y a la supuesta injerencia extranjera.
Binhua subrayó que la votación no cambiará la inevitabilidad de la reunificación de China y desestimó su representación de la opinión pública mayoritaria en la isla. Afirmó que la determinación china hacia la reunificación nacional es inquebrantable y que Taiwán es una parte integral de China.
La respuesta internacional también ha sido contundente. Antony Blinken, secretario de Estado de Estados Unidos, expresó el compromiso de su gobierno con la paz y la estabilidad en el Estrecho, abogando por una resolución pacífica de las diferencias y destacando el deseo de trabajar con el Dr. Lai y los líderes taiwaneses para promover valores compartidos.
“Confiamos en que Taiwán siga siendo un ejemplo para todos los que luchan por la libertad, la democracia y la prosperidad”, añadió Blinken, reafirmando la posición de Estados Unidos en consonancia con la política de una sola China.