El arco opositor de Catamarca da cada vez más señales de la urgencia por formar una alianza, al estilo Frente Cívico y Social , porque saben que por separado a ninguno le da el cuero para quebrar el aparato del gobierno.
Todos juntos, creen, podrían ganar la pelea, sobre todo si logran sumar a peronistas enojados con Raúl Jalil, que hay muchos en Capital y en interior.
El gran problema es que no hay en la oposición, por ahora, ninguna figura de peso suficiente como para presentarse con buenas chances en 2027, donde del otro lado se estima que podría aparecer el propio Jalil, su hermano Fernando, Gustavo Saadi o incluso revivir políticamente a Lucía Corpacci si la cosa viene mal.
Y ese es el punto, que al oficialismo le sobran aspirantes y la oposición no tiene ninguno.
Los radicales no tienen casi nada. Flavio Fama ya perdió tres veces, Francisco Monti ahora un aliado de Milei en el Congreso , Luis Fadel va a ser presidente pero tendría que empezar de cero, y no queda mucho más. Alfredo Marchioli ya lo intentó y no tuvo ni apoyo interno, Tiago Puente viene bien pero está verde para una gobernación.
Los libertarios tienen más líneas internas que afiliados. Adrián Brizuela es el que más se hace ver, Javier Galán devenido en un intento de influencer ahora quiere recuperar protagonismo, Federico Lencina recién empieza. Y está por ahí José Jalil Colomé, que hizo una buena elección con el arrastre de Milei, pero después casi desapareció de la escena política y fue sacado por el ahora oficialismo de la Libertad Avanza del armado local.
Y no hay más. El PRO no tiene candidatos fuertes para ofrecer, la Coalición Cívica podría insistir con Rubén Manzi, que ya vio pasar varios trenes. ¿Y entonces?
Entonces se hace clave la elección intermedia de octubre, porque ahí el que mejor papel haga quedará posicionado para liderar una coalición opositora. Porque ese es otro problema, todos quieren un “gran frente” pero nadie quiere ir segundo.
Los libertarios no van a aceptar ir detrás de los radicales, si ellos son la segunda fuerza y la UCR terminó cuarta.
La gran alianza, por todo eso, está en pañales, es una idea y nada más. Va a depender todo de la elección que viene, y de quien ponga la platita para las próximas campañas.
El catucho