Brasil logró en 2024 una reducción histórica en los niveles de desigualdad, de acuerdo con los últimos datos difundidos por el Instituto Brasileño de Geografía y Estadística (IBGE). El índice de Gini, que mide la distribución del ingreso, se ubicó en 0,506, el valor más bajo registrado desde el inicio de la serie histórica en 2012. El pico se había alcanzado en 2018 con un preocupante 0,545.
Una de las señales más claras de este avance es la disminución en la distancia entre los extremos económicos. La relación entre los ingresos del 1 % más rico y el 40 % más pobre cayó a 36,2 veces en 2024, el menor valor desde 2012. En contraste, en 2019 esta brecha había alcanzado las 48,9 veces, el máximo registrado hasta entonces.
Según explicó Gustavo Fontes, analista del IBGE, esta mejora fue impulsada principalmente por el aumento de ingresos en los sectores de menores recursos, favorecidos por un mercado laboral más dinámico, los reajustes en el salario mínimo y la expansión de los programas sociales. “Estos factores permitieron que la renta creciera más en la base de la pirámide”, detalló.
En términos absolutos, el ingreso familiar real per cápita llegó a 2.020 reales (aproximadamente 355 dólares), con un crecimiento del 4,7 % respecto a 2023 y del 19,1 % en comparación con 2012. También se registró un récord en la masa total de ingresos per cápita: 438.300 millones de reales (unos 77.308 millones de dólares), un aumento del 5,4 % en relación con el año anterior.
El informe detalla además que el ingreso promedio total, incluyendo salarios, jubilaciones y ayudas sociales, creció un 2,9 % y se ubicó en 3.057 reales (539 dólares). El 74,9 % de ese total provino del trabajo, consolidándose como la principal fuente de ingresos en el país.
En paralelo, 143,4 millones de brasileños tuvieron algún tipo de ingreso en 2024, la cifra más alta registrada. De ellos, 101,9 millones percibieron ingresos laborales, mientras que 29,2 millones cobraron jubilaciones o pensiones. Los beneficios sociales alcanzaron a 20,1 millones de personas, superando los niveles prepandemia y representando el 3,8 % del ingreso total.
Finalmente, el IBGE destacó que esta mejora está relacionada tanto con la recuperación económica postpandemia como con políticas públicas de redistribución del ingreso. Las regiones Norte y Nordeste —históricamente más desfavorecidas— mostraron las mayores mejoras frente a los niveles previos a la pandemia.