El expresidente de Bolivia, Evo Morales, denunció este domingo que su vehículo fue atacado a tiros mientras se dirigía a su programa de radio Kawsachun Coca, resultando herido su chofer. El incidente ocurrió en un contexto de creciente tensión política en el país, marcado por el distanciamiento y los conflictos entre Morales y el actual presidente, Luis Arce.
Morales afirmó que el ataque tenía como objetivo su “eliminación”. En un video publicado en su cuenta oficial de Facebook, se observa a su chofer con una herida en la cabeza y el vidrio del vehículo astillado. “A las llantas nos dispararon”, se escucha decir a una mujer que filmaba desde dentro del automóvil.
El exmandatario relató que durante el trayecto fueron interceptados por dos camionetas, lo que inicialmente pensó que se trataba de un intento de detención por parte de algún conductor ebrio. Sin embargo, la situación rápidamente escaló cuando el chofer decidió maniobrar para esquivar el bloqueo. “Ya nos damos cuenta de que era un operativo”, relató Morales.
Según su testimonio, comenzaron los disparos y logró escuchar al menos tres detonaciones. “Nos agachamos y aceleramos para escapar. El segundo vehículo también nos siguió e hizo varios disparos, uno de ellos alcanzó una de las llantas”, explicó.
Morales detalló que el vehículo presentaba 14 impactos de bala, incluyendo heridas en la cabeza y el brazo del conductor. Además, señaló que desde 2022 había sido objeto de amenazas, mencionando específicamente declaraciones del general Zúñiga: “En términos militares, ‘bajar’ significa matar”, afirmó Morales, quien se mostró sorprendido por la gravedad del ataque, aunque logró salir ileso.
En los últimos meses, Morales ha denunciado una intensificación de la persecución política en su contra, acusando al gobierno de Luis Arce de reactivar el “fascismo” en el país junto a su aliado, Manfred Reyes Villa. El sábado, un día antes del atentado, escribió: “Que el mundo sepa que Luis Arce ha reactivado el fascismo en Bolivia (…) Se utilizan grupos paramilitares para atacar al pueblo, como lo hicieron durante el golpe de 2019”.
El ataque al vehículo de Evo Morales representa un nuevo capítulo en la escalada de violencia y la polarización política que atraviesa Bolivia, donde las acusaciones cruzadas entre las distintas facciones mantienen al país en un clima de tensión e incertidumbre.