El Gobierno de Javier Milei ha optado por posponer por un mes la actualización del impuesto a los combustibles con el objetivo de suavizar el incremento en los precios de la nafta, que se proyectaba para mayo. Sin embargo, a pesar de esta medida, las empresas han procedido a aumentar los precios en un 4%, atribuido en parte a la devaluación mensual del peso frente al dólar y al incremento en el precio del barril de petróleo.
El comunicado reciente del Ministerio de Economía, emitido desde Casa Rosada, señala la decisión de diferir la actualización del impuesto correspondiente al cuarto trimestre de 2023 hasta el 1 de junio de 2024. Esto implica que no habrá aumento alguno por dicho concepto en el mes de mayo, brindando cierta estabilidad al sector y a los consumidores.
Inicialmente, se tenía previsto que este miércoles 1° de mayo se aplicara el último tramo del aumento parcial de los impuestos al combustible líquido y al dióxido de carbono. Sin embargo, los precios podrían ajustarse menos de lo estimado, que era alrededor del 7,3%.
El último aumento en los combustibles se implementó a principios de abril, elevando el precio del litro de nafta súper de YPF a $837 en la Ciudad de Buenos Aires.
Además de esta medida en el sector de los combustibles, el Ministerio de Economía ha decidido posponer los aumentos de tarifas de gas y electricidad que estaban programados para mayo. Esto incluye la fórmula de actualización mensual diseñada para que los aumentos no queden rezagados respecto a la inflación.
A pesar de las medidas gubernamentales, la incertidumbre persiste, especialmente en lo que respecta a la economía y el costo de vida de los ciudadanos. La inflación y la devaluación mensual continúan al ritmo del 7% y 2% respectivamente, mientras que la demanda de subsidios por parte de los sectores de ingresos bajos y medios va en aumento.
