La Asociación de Trabajadores del Estado comunicó su adhesión a la movilización. “Este año ha sido terrible para los estatales”, argumentaron.
La Asociación de Trabajadores del Estado (ATE) anunció que adherirá al paro que las dos fracciones de la CTA realizarán el jueves 5 diciembre en contra de las políticas del gobierno de Javier Milei. “Este año ha sido terrible para los estatales”, lamentó el gremio.
Ese mismo día, según confirmó la secretaria adjunta de ATE, Mercedes Cabezas, se pondrá en marcha también una movilización que “va a demostrar que la unidad de la clase trabajadora da resultados”.
“Este año ha sido terrible para las y los estatales. Desde febrero estamos sufriendo despidos en todo el país. Las modalidades han sido muy distintas pero en todas buscan el mismo objetivo: dejar sin ingresos a familias enteras”, denunció la dirigente a través de un comunicado.
En ese sentido, cuestionó a la CGT por su postura dialoguista con el Gobierno de Javier Milei y dijo que “no se entiende cómo no convocan” a un paro. “No hay solidaridad o no pertenecen a la misma clase”, fustigó.
Según Cabezas, “55 de 185 altos funcionarios públicos tienen participación en directorios de empresas privadas” y son ellos quienes “están arrastrando a familias enteras a la pobreza” debido a que los sueldos están por debajo de la canasta básica .
“No les permiten tener vidas dignas, no pueden acceder a derechos básicos como la salud, la educación o una vivienda y ni hablar de la violencia y discriminación legitimados también desde esos mismos funcionarios”, advirtió.
Convocatoria de las CTA
La semana pasada, bajo la consigna “La Patria no se vende”, las dos vertientes de la Central de Trabajadoras y Trabajadores de la Argentina (CTA) lanzaron una convocatoria a movilizar el próximo jueves 5 de diciembre hacia Plaza de Mayo, contra las políticas de ajuste que está llevando adelante el Gobierno de Javier Milei.
Antes de la convocatoria, la CTA Autónoma había publicado un informe sobre la evolución del Salario Mínimo, Vital y Móvil que demostró que hubo “una pérdida brutal de poder adquisitivo”, desde diciembre de 2023, “producto del efecto de la devaluación y su impacto en los precios”.
“El retroceso histórico es tan grande que el valor real del salario mínimo ya es inferior al vigente durante la mayor parte de la década de 1990 y, en la crisis final del régimen de convertibilidad, cuando esta política se había abandonado como herramienta para determinar pisos salariales e impulsar una menor desigualdad salarial”, sostiene el documento.