La semana pasada la Asociación de Trabajadores del Estado (ATE) alcanzó un acuerdo salarial parcial con el Gobierno para los trabajadores de Salud. A través de un escrito habían dejado en claro que la aceptación era “condicionada” a tres pautas que ahora el Gobierno debe aceptar o rechazar.
“Ahora el Gobierno tiene que aceptar o no. Estamos a la espera”, dijo el delegado de ATE, José Traverso.
La primera pauta a tener en cuenta era que “el aumento en el adicional por responsabilidad profesional tenga impacto inmediato en el salario de los trabajadores del sector”. La segunda “extender la negociación con la patronal para consensuar sobre todos los puntos del petitorio por el plazo de diez días hábiles a contar desde que las partes acepten sin reservas las condiciones”.
La última condición era que “la patronal acepte como nuevo punto a discutir el descuento efectuado sobre trabajadores del sector salud que ha realizado medidas de acción directa”.
Con respecto a los diez días de negociación solicitados, Traverso manifestó que si el Gobierno no acepta las condiciones y les pide una respuesta llana posiblemente salgan “a la calle” pero remarcó que quieren “mantener abierta la puerta de la negociación”.
Al ser consultado por el malestar generado en APROSCA y los autoconvocados a raíz de dicho acuerdo, Traverso simplemente consideró: “Ellos lo ven como si fuera una traición porque no conocen el meollo de la cuestión de la conciliación”.
Sobre los descuentos realizados a los trabajadores que realizaron medidas de fuerza adelantó que pedirán que se reintegre el dinero.