La selección argentina se convirtió en el nuevo campeón del mundo después de vencer a la última defensora del título por penales en una de las finales más apasionantes de la historia del deporte.
Después de protagonizar unos 90 minutos infartantes, en los que Argentina dominó durante la mayor parte del encuentro tanto en el resultado como en el juego al llegar a los 80 minutos con un 2-0, el seleccionado galo igualó en tan solo dos minutos y obligó a estirar la definición en el suplementario.
Allí la historia no cambió, pese a los nuevos goles de Lionel Messi y Mbappé. Los referentes de cada selección volvieron a anotar para llevar el marcador a un 3-3 y decretar al nuevo campeón en la tanda de penales.
Cabe destacar que ésta definición desde los 12 pasos fue posible gracias a dos grandes atajas del Dibu Martinez en el tiempo de descuento. A los 93 y 120 el arquero fue figura al tapar en dos ocasiones lo que podía haber sido el 4-3 galo. El argentino se quedó con el premio al Mejor Arquero del Mundial por lo hecho a lo largo de los siete partidos.
Y llegó la hora de los tiros desde los doce pasos. Allí, el primer encargado de ejectuar fue Kylian Mbappé. El astro del PSG, como en el tiempo reglamentario, volvió a marcar al tirar al palo derecho del Dibu que nuevamente, como en la primera ejecución del galo, rozaba la pelota con los guantes.
Luego llegó Lionel Messi, que como ante Países Bajos colocó la pelota con sutileza al palo derecho y dejó sin opciones a Hugo Lloris.
Iba a llegar el primer fallo de la noche, o mejor dicho la tan esperada actuación de Emiliano Martínez. El arquero del Aston Villa se estiró lo más que pudo hacia su palo derecho y la pelota terminó estampándose en su pecho para el grito eufórico de los más de 40 millones de argentinos repartidos por el mundo.
El respiro final se iba a dar en la tercera ronda, cuando Aurélien Tchouaméni, el mediocampista del Real Madrid, malogró su disparo y Leandro Paredes acertó el suyo. El ex PSG tenía que convertir para obligar a sus rivales a marcar o despedirse del título que habían cosechado hace cuatro años atrás.
Finalmente, Randal Kolo Muani pudo convertir, pero Gonzalo Montiel se encargó de poner punto final al sufrimiento argentino y darle, después de 36 años, el título mundial.