Argentina espera reunión clave con el FMI para destrabar un desembolso

El Directorio del Fondo Monetario Internacional (FMI) se reunirá el próximo jueves 13 de junio para tratar la octava revisión del programa con Argentina, la cual podría resultar en un desembolso de USD 800 millones.

Aunque esta fecha no está en el calendario oficial del organismo, fue confirmada por fuentes cercanas a las negociaciones, donde se espera la aprobación del desembolso tras el acuerdo técnico alcanzado a principios de mayo entre el staff del FMI y las autoridades argentinas.

Este desembolso sería una noticia favorable para el gobierno de Javier Milei, especialmente después de una semana complicada en términos financieros con la caída de activos argentinos, el aumento del riesgo país y la subida del dólar libre. Además, el país enfrenta un exigente calendario de vencimientos de deuda y una menor oferta estacional de divisas en el segundo semestre.

En su conferencia de prensa en Washington, la vocera del FMI, Julie Kozack, elogió las metas alcanzadas por el ministro de Economía, Luis Caputo, y el presidente del Banco Central, Santiago Bausili, destacando el primer superávit fiscal y la reducción de la inflación.

Sin embargo, Kozack subrayó dos preocupaciones de los principales accionistas del FMI. La primera es la necesidad de aumentar la asistencia social para apoyar a los más vulnerables, asegurando que el ajuste económico no impacte desproporcionadamente a las familias trabajadoras. En segundo lugar, el FMI insiste en la necesidad de ampliar el apoyo político a la estabilización y reforma macroeconómica. Hasta ahora, el gobierno no ha logrado sancionar nuevas leyes en el Congreso, algo que esperan conseguir en julio.

Las conversaciones para un nuevo programa con el FMI que incluya desembolsos son, por ahora, informales. No obstante, hay comunicaciones habituales sobre la calibración del programa económico oficial y el plan para levantar las restricciones cambiarias. Sin el ingreso de dólares frescos, Argentina no podrá eliminar estas restricciones.

En la última revisión, el FMI pidió una política cambiaria más flexible para salvaguardar las reservas, sugiriendo una gradual flexibilización de los controles cambiarios. El primer paso identificado por el gobierno es flexibilizar las restricciones para operar con dólares financieros. La segunda etapa del plan incluye un esquema de competencia de monedas donde el peso y el dólar puedan ser utilizados libremente, un primer paso hacia la dolarización prometida por Milei durante su campaña electoral.

Mientras tanto, el Banco Central y el Tesoro trabajan en reducir la cantidad de pesos en circulación para evitar presiones sobre la brecha cambiaria, bajo la premisa de “menos pesos y más dólares”.

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