Los mercados de Nueva York cerraron y los dólares no llegaron a las manos de los bonistas. Por lo tanto Argentina ya está formalmente en default. Una vez más. Es porque no se pagaron en tiempo y forma los 503 millones de dólares correspondientes a cupones de intereses de tres bonos globales -uno que vence en 2021, otro en 2026 y otro en 2046- que se emitieron el 22 de abril de 2016, en los primeros meses del gobierno de Mauricio Macri.
Esos bonos representaron una mega-emisión de deuda de 16.000 millones de dólares. De ese monto, 9.400 millones fueron derechito a la cuenta de los fondos buitre que estaban litigando contra la Argentina por el default de 2002.
Dichos inversores no habían aceptado las propuestas de canje que se hicieron en 2005 y 2010 y optaron por la vía judicial. Terminaron ganando en el juzgado de Nueva York que conducía Thomas Griesa y en las sucesivas apelaciones que llegaron incluso a la Corte Suprema de los Estados Unidos.
De modo que hoy se está entrando en default con bonos que se emitieron para salir de otro default. Debe ser difícil encontrar un antecedente igual en la historia de las finanzas mundiales.
Lo importante de este default modelo 2020 es que ocurre en medio de una negociación con los bonistas que tienen en su poder títulos de la deuda argentina emitidos en moneda extranjera y bajo legislación de Nueva York o Londres.
El hecho de estar en medio de una negociación que incluye bonos por 66.000 millones de dólares es que probablemente el default que ocurrió hoy no desemboque en un pleito judicial. No ahora, en lo inmediato. Y es porque los bonistas están confiando en que llegarán a un arreglo global con la Argentina.
Hay señales: la principal, que el propio ministro de Economía, Martín Guzmán, avisó hoy que está dispuesto a mejorar la oferta original que presentó semanas atrás el país, y que fue rechazada formalmente por más del 80% de los bonistas.
La especulación es que habrá fumata, aunque el Gobierno deba postergar incluso una vez más la negociación, después de la nueva prórroga que vence el 8 de junio.
Tal vez la fecha definitiva, el límite que no se deberá traspasar, sea el 30 de julio. Ese día se vencería la prórroga para la fecha de pago del 30 de junio, cuando deban abonarse los intereses de los bonos Discount emitidos en el canje 2005. Son 572 millones de dólares que deben ir a los bonistas que entraron en aquel canje y que no están dispuestos a esperar más para cobrar.
Dato adicional, ahora que el bloque de senadores del Frente de Todos quiere indagar sobre el origen de la deuda. Esta emisión de deuda, como todas las que se hicieron desde el regreso a la democracia en 1983, fueron realizadas con acuerdo del Congreso.
Ocurre que la deuda a emitir se incluye en en las leyes de presupuesto de cada año, y son votadas por el Congreso. Desde 1983 para acá, el justicialismo en sus diferentes formas dominó el Senado -siempre- y fue mayoría o primera minoría en Diputados. De hecho, la ley para poder cerrar el juicio de los fondos buitre y salir formalmente del default que anunció con aplausos Adolfo Rodríguez Saá a fines de 2001 fue votada por el 80% de los diputados y senadores.
Hasta las comisiones que se pagaron a los bancos asesores o colocadores fueron comunicadas incluso antes de la emisión de cada bono.
Se hizo todo a la vista y con acuerdo del Justicialismo, ya sea que el partido estuviera en el Gobierno o en la oposición.