Todo indica que el video que mostraba a los jueces camaristas Juan Pablo Morales y Raúl Da Prá recibiendo dinero, presuntamente coimas, será desestimado por la Justicia, De esta manera, la causa que desató un escándalo nacional empieza a desinflarse, ya que los señalados reaccionaron con sus propias denuncias, y el proceso tiende a estancarse con pocas posibilidades de progreso.
Se dice, palabras más palabras menos, que un perito demostró que el video se cortó y editó, y que no tienen el aparato original que lo grabó, ya que circuló por teléfono y mail, en resumen, que no sirve como prueba.
Todo fantástico. Pero parece que no alcanza como explicación, aunque la prueba no sirva.
¿Quién era la persona que estaba en el despacho con los jueces? Ambos lo deben saber necesariamente, porque estaban ahí… ¿recordarán al menos parte de la conversación, las circunstancias del encuentro, de qué se habló, cuánta plata les dio, para qué era la plata?
Es al menos curioso que no se haya brindado ninguna precisión sobre eso, y que todo quede en una gigantesca nebulosa, con la única explicación de que el video fue editado.
¿Qué tanto fue editado? ¿En lugar de billetes les pasaban un pañuelo, por ejemplo, para secarse el sudor? ¿Ni siquiera estaban ahí y todo se hizo al estilo de la película Forrest Gump, cortando y pegando caras? ¿La conversación es inventada?
Si todo eso fue obra de un editor, ya podría ir buscando trabajo en Hollywood, porque lo que hizo quedó tremendamente realista.
El tufillo que se expande es que una vez más, va a quedar todo en la nada. La prueba no sirve, el video no se reconoce, pudo ser alterado, las coimas no existen, Catamarca es el paraíso, y todas las denuncias que caen en la Justicia contra la propia Justicia siguen el mismo camino. Siempre.
Y bueno, será así. Será que todos son inocentes y de pura maldad alguien les hizo esta jugada a los jueces, que no dan el nombre de quien los quiso perjudicar de tamaña manera, quizás, porque les sobra misericordia.
La Visión del Catucho