Raúl Jalil firmó con el “Toto” Luis Caputo un acuerdo por el cual Catamarca renuncia a todos sus reclamos de deudas nacionales, una propuesta de Casa Rosada que, como todas las que hizo Javier Milei desde que asumió, tuvo al empresario catamarqueño corriendo en primera fila para dar el sí.
“Chango, no me debés nada, borrón y cuenta nueva”, más o menos eso es lo que firmó Catamarca, en una maniobra que los partes oficiales pintaron como la octava maravilla del mundo, al enumerar todo lo que se le cedió a la Provincia.
Pero claro, hay un detallito: en ningún momento se informó cuánto es lo que debía Nación. Como si fuera una empresa privada, el Gobierno provincial hace lo mismo de siempre, muestra los números que quiere y los que no quiere los esconde y los oculta. No se sabe, se desconocen, son secretos, un misterio, no se puede decir.
Entonces vienen y anuncian muy sueltos de cuerpo que les dieron “10”. ¿Y? ¿Eso qué significa? Si te debían 3 es un negoción. Si te debían 50.000 te entregaste con moño.
Como si todo Catamarca fuera una tierra de gente estúpida incapaz de razonar, corderos iletrados que siguen al amo, el Gobierno dio cuenta de la firma y de lo que se quedó, pero EN NINGUN MOMENTO dice cuál es la deuda que Catamarca resignó. Total, somos todos tontos y nadie se va a preguntar eso.
Lo que se firmó fue la adhesión al Decreto 969/2024, publicado en el Boletín Oficial, por el que se dispuso la creación de un “Régimen de Extinción de Obligaciones Recíprocas” entre la Nación y las provincias, mediante el cual se entregan empresas públicas, rutas, tierras fiscales y otros activos nacionales para saldar las deudas que el Estado mantiene con diferentes jurisdicciones.
Y es un arreglo medio tramposo, porque entre las cosas que se ceden hay también obligaciones, gastos, sueldos: “Ahora es tuyo, hacete cargo vos”. “¡Uy qué bueno, me lo quedé!”.
El Régimen se presenta como la herramienta que encontraron las partes para acordar cargas y volver a foja cero, con lo cual Nación se lava las manos después de todo un año de recortes, eliminación de Fondos, y cancelación de la obra pública.
Todo sirve para que Nación siga tras su objetivo supremo del déficit cero y para ello establece: la baja de los presupuestos educativos y de Salud, sostiene la eliminación de la obra pública y de cualquier partida que, de acuerdo a la visión del gobierno, “altere con populismo” ese equilibrio fiscal.
Y ahora, la yapa: las provincias tendrán que desistir de todos los reclamos que hicieron y no podrán pedir nada de lo que se les debe. Tremendo acuerdo.
Muchos gobernadores se negaron a firmar, entre otras cosas por la falta de cumplimiento de todos los acuerdos previos que Milei hizo con ellos gobernadores para que acompañen Ley Bases, firmen el “Pacto de Mayo”, sigan sosteniendo el DNU 70 y dejen firmes los abominables vetos a la Ley de Financiamiento Universitario y Movilidad Jubilatoria.
En definitiva, ¿qué garantía de cumplimiento tienen esta vez los gobernadores para que Nación cumpla y sostenga el acuerdo una vez que se apruebe el presupuesto?
Catamarca, siempre dócil y sumisa, fue y beso los pies del amo. A cambio de qué. Eso no lo informa.