Atrás quedaron los tiempos de los Mazzucco, Morales, Da Prá, Walther y tantos otros. La salida de Raúl Cippitelli de la Corte de Justicia de Catamarca, le permitió al gobierno de Raúl Jalil lucirse con su postulante para completar el máximo órgano judicial de la Provincia.
Es así que después de meses y meses de deliberar, buscar y analizar (Cippitelli se fue el año pasado), se decidieron por… ¡El Colorado Bracamonte!
Una maravilla de decisión, justo lo que hacía falta, un héroe del Derecho, una figura impoluta, jamás envuelto en un escándalo, jamás una sospecha, jamás una denuncia, siempre lejos de los sobres, los aprietes, la timba y la joda.
En el Gobierno todos están chochos, dicen que cuando Jalil reveló el nombre del nuevo cortesano todo el gabinete se puso de pie y estallaron en aplausos. Algunos lagrimearon de la emoción.
Ni qué decir en la Corte de Justicia, donde están todos superfelices, porque llega alguien que no sólo los ayudará a levantar su imagen, sino que podrá enseñarles sobre prácticas de derecho.
Por allí se marcan errores del Gobierno, pero hay que reconocer este acierto descomunal. Se terminan para siempre los cuestionamientos a la Justicia, ahora la luz del Colorado iluminará todo con su celestial transparencia.
Un genio Jalil.
Por allí los medios nacionales como La Política Online lo criticaron, hablando de “imagen imperfecta”, “aspectos grises” y “vínculos con financieras” del futuro juez. No hay que hacerles caso, hablan por envidia.
Claro, todos quisieran tener un Bracamonte. Pero es nuestro, gracias a Dios.
El catucho