A la pobre presidenta del Concejo Deliberante de Fiambalá (Tinogasta), Roxana Carrizo, le “hicieron la cama”, y lo más entretenido es que la maniobra fue ideada y ejecutada por alguien de su propio partido.
Algo parecido a lo que hizo Abeto Barrionuevo en Valle Viejo, que arregló con los concejales de la oposición para quedarse con la presidencia del cuerpo él, fue lo que hizo Sonia Díaz, correligionaria que arregló con los peronchos fiambalenses para quedarse con la presidencia ella.
¡Grande Abeto! Hace escuela en eso de “yo me acomodo bien y el partido qué me importa… los votantes me importan menos todavía”. En Valle Viejo pasó un año y todavía se están tirando de los pelos con la intendenta y los concejales del Frente de Todos, que no sólo perdieron la conducción, sino que quedaron en minoría.
En Fiambalá no hay problemas con la intendenta Roxana Paulón porque el CD ya era de la oposición, pero la bronca estalló en la UCR-Juntos por el Cambio, porque ellos tenían control total, con presidencia y vicepresidencia, y como parte de su arreglo la nueva titular, Sonia Díaz, le entregó la vicepresidencia al peronismo. ¿Qué tul?
Ahora el radicalismo fiambalense en el Concejo se partió como el Titanic, y la desplazada Carrizo formó su propio bloque con Oscar Toro, un espacio que se llamará “UCR-Coco Quintar”, en homenaje al caudillo falleció años atrás, cuando era diputado nacional.
El tema es que detrás del escandelete la oposición puede perder la mayoría, a menos que los ahora despechados se amiguen con quien sienten que los traicionó.
¿Qué pasará? Dicen que van a armar un “interbloque”… un interbloque de concejales del mismo partido, que están peleados pero quieren seguir siendo bloque para no ser minoría. ¡Qué ensalada! Por algo es hermosa la política catamarqueña.
Pensar que hace unos 15 años se armó un revuelo nacional cuando el médico mediático Eduardo Borocotó ganó una banca en el Congreso y formó otro bloque antes de asumir. Hoy tantos hacen lo mismo y ya nadie se espanta.
Analía Brizuela fue elegida por el Frente Cívico, armó su bloque unipersonal “Raúl Alfonsín”, bien radical, y fue más oficialista del peronismo que los propios peronistas.
Y bueno, qué se le puede decir si el senador Miguel Ángel Pichetto, siendo senador estrella, presidente de bloque y vocero del Partido Justicialista en el Congreso de la Nación, al mismo tiempo acompañó a Mauricio Macri en la fórmula presidencial contra el Partido Justicialista.
La diferencia es que antes los saltimbanquis y traidores eran mal vistos, ahora se lo ve como algo natural entre los propios políticos. Todos (bueno, no todos… muchos) llegan a un cargo y buscan acomodarse a cualquier precio, no les importa nada, no tienen convicciones, solo nariz para oler oportunidades y tirarse de cabeza. Se cambian de camiseta sin drama.
Sin ir más lejos… ¿cuántos radicales hay en el Gobierno de Catamarca? Empiece a hacer memoria y sumar… las ideologías han muerto. Hoy lo que importa es cobrar un buen índice.
La Visión del Catucho