Con el programa financiero cerrado para 2022, el Gobierno enfrentará esta semana la última licitación de deuda en pesos del año por unos $70.000 millones. Se trata de un vencimiento menor, ya que el grueso fue cubierto en el primer llamado del mes donde se logró un porcentaje de renovación del 201% de lo que vencía.
Desde la formalidad, el Gobierno logró atravesar el año obteniendo fondeo necesario en el mercado doméstico, pero eso no significa que haya recobrado la confianza en el “riesgo Tesoro”. Las dudas sobre la deuda en pesos permanecieron, en parte, porque en el primer semestre Martín Guzmán no dio señales de reducir el gasto, y en segundo lugar, por las amenazas de reestructuración de vencimientos en 2024 que surgieron desde la oposición.
Este mes, Massa pudo volver a conseguir financiamiento en pesos, revirtiendo la tendencia de las últimas licitaciones. Tenía vencimientos por $410.000 millones y logró que le presten $830.000 millones. Con ello, el año está cerrado, más allá del resultado de la última operación de este miércoles.