La abogada Silvia Barrientos contó el calvario que vivió días atrás al querer defender a una de sus asistidas en un episodio de violencia de género.
“Fue el día que ganó Argentina, mi amiga me dice ‘vamos a festejar’, yo jamás salgo pero le digo ‘vamos’. Eran como las ocho de la noche. Viene, me busca, subimos a mi auto y en lo que vamos dirigiéndome hacia el centro, recibo el llamado desesperado de una clienta que me había visto hace una semana”, comenzó.
En el llamado, detalla la letrada, la mujer le dijo que estaba siendo víctima de una situación de violencia de género y que “temía por su integridad física y psicológica”. Ante esto, Barrientos le pide su ubicación y se dirige hacía allí de inmediato.
La vivienda quedaba ubicada en Valle Viejo, una vez en ese lugar, se encuentra con una escena “dantesca”. “Mi asistida estaba en la oscuridad, siendo atacada por un tipo que la tenía prisionera y golpeando mientras ella gritaba”, cuenta.
En ese instante, la abogada le pide a su amiga que llame a la policía, mientras ella ingresaba a la vivienda para tratar de ayudar a la víctima.
“Ingresé pero fui privada de mi libertad por otro hombre que me atacó. Quiero intentar yo también pedir ayuda, me arrebató el teléfono, me golpeó y se quedó con mi teléfono”, detalla.
El ataque se prolongó y se intensificó en los siguientes minutos. Sin embargo, la abogada logró escapar y pedir ayuda. “Salí corriendo y, desde allí, le pedí el teléfono a mi amiga y volví a llamar a la policía”, contó.
La raíz del hecho
Según indicó Barrientos a este medio, los hombres que se encontraban en la vivienda atacando a su asistida son hijos del hombre con el que la mujer mantuvo una relación de “más de 15 años”, hasta que éste falleció hace cuatro meses debido a un cáncer.
Dicha vivienda era propiedad de este hombre de apellido Valdéz. Al fallecer, los hijos de su anterior matrimonio (hombres mayores de 30 años, según señaló la letrada), comenzaron a hostigar a la mujer para que se vaya de esa casa aduciendo que les pertenecía. “No creyeron necesario ir a la Justicia y lo hicieron por mano propia, con una violencia inusitada”, expresó.
Sin detenciones
La doctora resaltó que hasta el día de hoy no hay orden de detención para estas personas. “El fiscal Maturano consideró que el hecho ameritaba detención”, dijo.
“Por hechos más leves se actúa inmediatamente con las detenciones, pero no ha habido actuación por parte del fiscal”, cerró.