Francisco Monti quiere ser gobernador. Flavio Fama quiere ser gobernador. Rubén Manzi quiere ser gobernador. Son las tres principales figuras de la oposición y es casi un hecho que entre ellos está el que encabece las listas opositoras el año que viene.
Monti, diputado nacional joven, presidente de la Unión Cívica Radical desde el fallecimiento de Marita Colombo, que dio la talla en su primer test electoral importante y se quedó con una banca en el Congreso de la Nación.
Fama, casi un apolítico, que construyó una imagen con su largo rectorado al frente de la Universidad Nacional de Catamarca. Debutó en política recién en 2019 compitiendo por la intendencia capitalina. Perdió, pero volvió a competir en 2021 y llegó al Congreso de la Nación, nada menos que con una banca en el Senado. Muy buena imagen.
Manzi, aunque goza del prestigio que le dio su extensa trayectoria como neurólogo, es ya un político hecho y derecho, el más experimentado de los tres. Viene de un partido minoritario como el CC-ARI, pero reclama un lugar porque goza del conocimiento entre la gente que no tienen los otros.
Están compitiendo, transitan una interna, pero fueron inteligentes. No se agarran de los pelos, no se insultan por los medios. Se mostraron juntos, señalando los problemas de la provincia y la necesidad de resolverlos.
Tendrán que ver cómo definen esa interna. Por ahora son rehenes del gobierno, que no definió si habrá PASO o no, ni mucho menos la fecha de las elecciones.
La idea de jugar con las fechas es debilitar a la oposición: no está dando resultados.
Monti, Fama y Manzi han dado un mensaje claro: a los de afuera y a los de adentro. Unidos pueden hacer tambalear el aparato estatal. Será cuestión de conseguir los apoyos necesarios allá por Buenos Aires para desafiar al caballo del comisario.
La oposición siente que por primera vez en muchos años tiene chance de dar pelea. La gente está mal, y el famoso apoyo nacional, que tantas veces decidió la suerte de Catamarca, hoy es un ancla. El Frente de Todos se hunde lentamente, aquí huelen la oportunidad.
A no subestimar, no se puede descartar una sorpresa en las urnas. Hoy por hoy, el mejor aliado de Monti, Fama y Manzi, es un gobierno que no da pie con bola.