Un informe del sitio web “La Política Online” refiere que Cristina Kirchner echó a 40 empleados de planta temporaria del Senado que figuraban como “asesores del bloque UCR”, porque en dos años no se conectaron a trabajar por zoom en ninguna dependencia y por lo tanto eran “ñoquis”, como se conoce en la administración pública a quienes cobran y no aparecen.
Así los consideró la secretaria administrativa de la Cámara, María Luz Alonso, quien en su primera reunión con los jefes de bloque en 2019 les explicó a los radicales que había una planta desproporcionada de asesores y tenían que deshacerse de varios o buscarles tarea para justificar el sueldo.
Pero unos 40 no hicieron ni una cosa ni la otra y aún en tiempos de pandemia, no aparecieron en ninguna reunión virtual prestando servicio
Según el mismo sitio, esto es una represalia, porque en el Frente de Todos no le perdonan a los jefes opositores que hayan especulado con frustrar la sesión cuando supieron que el oficialista catamarqueño Guillermo “Joao” Andrada tenía Covid. Finalmente pudieron aprobar la ley con la colaboración de la riojana Clara Vega, aliada de Juntos por el Cambio hasta unos días antes.
Fuentes de la conducción del Senado niegan que se trate de un pase de facturas y recuerdan que los radicales ya habían sido advertidos que no podían tener personal nombrado sin aparecer por ninguna oficina, ni siquiera las virtuales.
“Ninguno de los 40 se quejó y no cobraron el sueldo en febrero. Claramente el pase de facturas fue entre los padrinos de varios de ellos y recién ahora lo quisieron hacer público”, interpretan desde el oficialismo.
Las vendettas políticas están mal, pero limpiar a los ñoquis está muy bien, sea del partido que sean, porque es gente que –por amiguismo, parentesco, influencias o acomodo- le está robando al Estado.
¿Y por casa cómo andamos? Acá todo de diez. Hay miles de ñoquis, pero no hay vendettas de nada. Ñoquis puestos por el Frente Cívico y Social siguen cobrando sus sueldos mes a mes, ñoquis puestos por Lucía Corpacci siguen con Raúl, ñoquis puesto por Jalil en la muni siguen cobrando.
Acá el corporativismo vence cualquier enojo y la clase política, que tanto se pelea y discute para la popular, cuida sus intereses y se protege.
¿Cuántos de los miles de millones de presupuesto que tiene la Legislatura, por ejemplo, van a parar a bolsillos de los ñoquis? Ni ellos saben. Lo mismo en el Ejecutivo y en la Justicia.
Acá tenemos ñoquis a cara descubierta, que llevan décadas cobrando del Estado y aparecen todos los días en la parte privada con sus trabajos reales, como si el sueldo estatal fuera un regalo que se les otorga de por vida vaya a saber por qué.
¿Algún día se comerán los ñoquis catamarqueños? No parece, es más cómodo para todos seguir así. Total, la gilada paga.