Tenía que borrarse Oscar Castillo para que la oposición hiciera la mejor elección en más de una década en Catamarca. Así de negativo era el genio de la política que se servía de la UCR como de un delivery.
Castillo fue aplastado en las PASO, arrastró con él a Telchi Ríos, y en esta última campaña hizo lo mejor que podía hacer: no hablar, no dar la cara, no dejarse ver Sólo con eso, los radicales repuntaron más de 15.000 votos.
Se sacaron con Oscar una piedra del zapato, y ahora hay gente nueva que puede competir, que puede hablar. Ahora hay un Monti, un Manzi, un Fama. Gente seria que no tiene un historial de vendidas y agachadas.
Era la oportunidad para resurgir y la aprovecharon.
El gran estratega, quedó a la vista, hundió a su partido con egoísmo y mezquindades. Ahora la UCR puede renacer, puede ponerse al frente de una alianza, puede discutir el poder, sin temor a que uno negocie y los entregue a todos entre gallos y medianoche.
Si Oscar no vuelve, el futuro será prometedor.
Por alguna ventana se va a querer meter, veremos si los correligionarios están atentos a impedir otro retroceso.