Hablemos de candidaturas. En unos meses habrá elecciones, y como no se eligen gobernador ni intendentes (salvo en dos de los 36 municipios), la mayor atención está puesta en las bancas que se renuevan en el Congreso de la Nación, un espacio altamente codiciado.
Llegar al Congreso nacional es el sueño de muchos, así como quedarse allá es el sueño de la mayoría que llega a una banca. Son lugares de privilegio que económicamente pueden resolver una vida entera, y que también son una gran arma política.
Claro que no todos saben usar armas ni todos saben hacer política, por eso algunos trascienden desde su escaño en el Parlamento, y otros pasan sin pena ni gloria: asumen, se sientan y se vuelven sin mucho que contar por fuera de los billetines que se les pagan y el efectivo de los pasajes que canjearon.
Vicente Saadi y Oscar Castillo, por ejemplo, aprovecharon muy bien ese espacio de poder. Otros, como Marcia Ortíz, Orieta Vera y tantos otros, sólo estuvieron de paso.
Pero el Congreso es para los políticos algo así como la consagración definitiva. Por algo no hay, salvo Arnoldo Castillo, exgobernador que no haya pasado por ahí desde el retorno de la democracia: Vicente y Ramón tuvieron su banca. Y hoy tenemos tres exgobernadores en ese lugar: Lucía Corpacci, Oscar Castillo y Eduardo Brizuela del Moral.
También hay peleas por concejalías y sillas en la legislatura, ya se sabe, pero el Congreso es un lugar reservado para pocos, donde se llega por chapa, por buenos contactos, o por casualidad, como esos suplentes improbables que llegaron para completar la lista y que de rebote aparecen beneficiados por imponderables.
Dentro del oficialismo esas candidaturas concentran toda la atención, porque además de que muchos quieren acomodarse, hay otro detalle: quieren ganar la elección. Y el armado tiene muchos aspirantes peronistas, algunos de los cuales quedarán afuera de la fiesta.
Veamos cómo vienen las apuestas.
Lucía Corpacci: Es fija. Ya tiene una banca en Diputados, pero quieren que se postule para el Senado. La exgobernadora arrastra más votos que cualquiera y el gobierno la necesita, como también la necesita Cristina para asegurarse la mayoría. Sería la segunda vez que es electa para un cargo y lo abandona a la mitad para postularse por otro. Cuando la eligieron como vicegobernadora, estuvo dos años y se fue de senadora nacional. Ahora que la eligieron diputada haría lo mismo. No se sabe si quiere o no, pero será difícil que la dejen negarse.
Fernando Jalil: El hermano del gobernador anhelaría ese cargo, más allá de que tiene un lindo cargo en YMAD. Vendría reclamando hace rato un espacio importante, y pone sus fichas a que le den una candidatura con buenas expectativas de entrar. Si es al Senado, mejor.
Silvana Ginocchio: La esposa del gobernador también tendría intenciones de seguir, y podría ser un conflicto familiar si queda afuera entra el hermano del jefe. Si no pasa nada raro, se intentaría asegurarle un mandato más.
Fidel Sáenz: El Pocho quiere dar el salto y dejar de renegar con las Viviendas. Espera que lo designen como postulante a una banca, en agradecimiento a su paso al costado en la batalla inconclusa que dejó cuando se candidateó para intendente.
Dante López Rodríguez: Llegó a diputado nacional cuando Gustavo Saadi se fue del Congreso para suceder a Raúl Jalil en la intendencia. Viene corriendo de atrás pero quiere ser reelecto y tiene una carta a favor, su cercanía con Corpacci.
Luis Barrionuevo: Corre en desventaja pero puede crearle, como siempre, algún dolor de cabeza al gobierno. Si se postula lo hará con doble intención: o llega a la elección o negocia muy bien su retirada.
Maximiliano Brumec: Resistido por el jalilismo, sería uno de los que mejor mide en las encuestas. Podría tener una bendición desde Buenos Aires que lo ponga en carrera.
Verónica Mercado: Sería la sorpresa, pero tiene chances. Cuando Macri lo dominaba todo y varios se dieron vuelta, fue fiel al kirchnerismoduro y muy leal en el Congreso. No sería raro que Cristina imponga su nombre en la lista, como ya lo hizo hace algunos años.
Dalmacio Mera: Viene en caída libre desde que dejó la vicegobernación. Perdió la tutela de su primero Juan Manuel Urtubey y quedó muy solo, pero viene acercándose a Raúl Jalil y tratará de conservar una banca.
Silvio Zitelli: Fue su sueño dorado y nunca lo pudo concretar, ni cuando invirtió en su propia línea del PJ para lanzarse a la política. Desde la época de Ramón que no era tan cercano a un gobernador, y quizás haga un último intento antes de retirarse.
Aquí diez de los nombres que más suenan, hay muchos más. Pero apostando por estas sugerencias algún premio aparecerá. Hagan juego señores…