La siempre poderosa estructura de la Iglesia Católica en Catamarca, no pierde la costumbre de servirse de los fondos públicos para beneficio propio, y su avidez de ganancias ya comienza a causar malestar en las autoridades.
El cortocircuito más fuerte se generó cuando se discutió la inauguración del nuevo complejo de la gruta, una mega inversión de más de 200 millones de pesos, que se hizo para apostar al turismo cuando se reabra la circulación de personas en el país.
Lejos de agradecer tamaño gasto, el obispo Luis Urbanc incluso se quejó de que se hiciera un paseo que sacar el foco del tema religioso, pero ese discurso fue sólo para la popular.
Puertas adentro, el mandamás de la iglesia se puso cada vez más exigente y pretencioso con las autoridades, y reclamó tener total control comercial de los sectores construidos para explotación de puesteros y bares.
Pero el obispo fue más lejos todavía, y reclamó que antes de poner la obra en sus manos, las autoridades se ocupen de echar a todos los puesteros que trabajan en el lugar desde hace años, para que les quede el espacio comercial limpito y vacío, y así explotarlo a gusto. En otras palabras, que le hagan la obra, que hagan el trabajo sucio de echar a la gente, y que después le entreguen todo para embolsar las ganancias que vengan los años siguientes.
Ese abuso parece haber colmado la paciencia de varios, que no lo dicen todavía pero hasta se sorprendieron por la ambición desmedida de estos hombres de fe, que tienen cada vez más negocios y no cesan de reclamar asistencias, ayudas y acompañamientos oficiales.
“Quieren hacer todo a costo cero, quieren ganancias puras, se largaron a convocar al Congreso Mariano y pegaron el grito para que el Estado se ocupe de logística, alojamiento, seguridad, limpieza y hasta propaganda. No ponen ni medio centavo y piden, piden, piden. Y además de mala manera, exigen como si fueran dueños del mundo”, protestó un alto funcionario, harto de los delirios de la curia.
El tema es que por quedar bien los funcionarios siempre terminan cediendo, y a la catarata de subsidios y exenciones tributarias con que benefician a la Iglesia Católica, le suman reparaciones de templos, energía eléctrica gratis, pasajes, mano de obra y todo lo que piden.
“Se creen la realeza, y no se dan cuenta de que los fondos públicos son tributos de judíos, musulmanes, evangelistas, ateos… los ciudadanos tienen que meter la mano en el bolsillo cada dos por tres para atender los gastos de esta estructura, que es una multinacional con más recursos que toda la provincia, y que explota negocios que van desde la educación hasta el usufructo de miles de propiedades. Alguien tiene que ponerles un límite”, se queja el confidente.
“Si los bienes de la Iglesia figuraran centralizados, representarían el mayor patrimonio privado del país, y si los ingresos eclesiásticos tributaran impuestos, la conferencia episcopal encabezaría la lista de contribuyentes”, escribió Héctor Ruiz Núñez en su libro de investigación La cara oculta de la Iglesia.
Es exactamente la realidad de Catamarca, pero lejos de contribuir en algo con la sociedad, los dirigidos de urbanc aquí ni siquiera logran autoabastecerse, y descansan cómodamente en la eterna financiación del Gobierno, es decir, de todos los trabajadores, empleados y contribuyentes, que sin saberlo entregan parte de su sueldo para mantener a este culto.
Para justificarse, los curas dicen como justificación que más del 90 por ciento de los catamarqueños son católicos. Pero con ese criterio, el Estado también tendría que mantener todos los gastos de River Plate y a Boca Juniors, ya que la mayoría son de esos clubes.
La Iglesia Católica ejerce un poder insólito en Catamarca, donde hasta los legisladores le dedican “milagros” y le inventan feriados después de dictaminar sobre supuestos hechos sobrenaturales, como los que se intentaron promover cuando aquí no había coronavirus, teoría que se desplomó apenas empezaron a llover decenas de casos.
¿Se animará alguien a cortar de raíz estas estafas a cara descubierta, o seguiremos eternamente regalando millones bajo pena de irnos al infierno si no alimentamos los lujos de estos ricos sin límites?
Por ahora nada hace pensar que las cosas vayan a cambiar, al contrario, se habla de una compra de terrenos multimillonaria que engordará las cuentas bancarias de la Iglesia Católica en Catamarca. Porque como si no fuera suficiente el descalabro, le donan terrenos que después ellos mismos venden a sus donantes. Pero eso ya será tema para otra nota…
La Visión del Catucho
Hay que despegar la iglesia católica del poder político y dejarla como a los otros cleros o religiones, vamos a ver cuántos juntan. Son cínicos y por ende peligrosos .
Un tipico comentario come culo de la iglesia, nada decimos de los pesimos amenejos de terrenos privados que el gobierno paga en exceso de infraestructura urbana para beneficio de los funcionarios y hablan de supuestas impopsiciones de una iglesia que no tiene nimigajas del poder que se dice
Este Sr Catucho debería informarse un poco mas. Está en el lugar que ocupan muchos que atacan a la Iglesia Católica por ser lo que es. Una cosa, el gobierno utiliza a la Iglesia para limpiar su cara, si se llega a distanciar, sabe que sería su fin. Y eso es porque la Iglesia tiene su propia luz, reconocida por la mayoría de los catamarqueños quienes se solazan cuando ven mejoras en instalaciones mundanas eclesiales.