Un gran dolor de cabeza comparten las máximas autoridades del Poder Judicial de Catamarca, quienes temen tener que pagar altísimos costos sociales y políticos por haber marchado a contramano de las decisiones del COE provincial.
El último retorno a la Fase 1 de la cuarentena, que volvió a paralizar a bares, restaurantes, comercios, etc., fue ignorada por la Justicia, que con una acordada obligó a sus empleados a cumplir horarios normalmente.
Fueron los únicos integrantes de toda la Administración Pública Provincial que, sin cumplir tareas esenciales, tuvieron que ir a trabajar todo el día, en oficinas donde ni siquiera había ordenanzas, y también faltaban alcohol en gel, barbijos, y normas de distanciamiento.
Los empleados judiciales, que tenían que hacer la limpieza ellos mismos, comenzaron a quejarse en redes sociales y creció el malestar.
Esas quejas de los trabajadores se silenciaron, pero el error quedó rápidamente expuesto, cuando se detectaron personas con síntomas de COVID-19 entre los empleados.
Varias de las autoridades quedaron pálidas, y se afirma que desde la propia Corte se pagó el hisopado, mientras se mandaba a los compañeros a encerrarse en sus casas. La tensión fue muy alta, se pidió informes a todas las oficinas, y el problema parece empeorar, porque ahora son muchos los que tienen síntomas compatibles con los efectos que provoca el contagioso virus.
¿Se hubiera evitado el escándalo con una simple adhesión al retorno a la Fase 1? No se sabe, es posible que lo mismo hubieran aparecido casos sospechosos, pero lo cierto es que la Justicia “no le dio bola” al COE a pesar de que tiene muchas dependencias con atención al público mañana, tarde y noche.
Esa tonta rebeldía o el afán de querer diferenciarse, los metió en un tremendo problema. ¿Y ahora? ¿Quién paga los platos rotos?
Los empleados están atentos a los resultados de los estudios médicos que se están haciendo, y se asegura que si empieza una cadena de contagios se van a oír gritos que van a repercutir hasta en la misma Corte…
Recién después se decidió dar marcha atrás y reducir horarios… pero parece que las medidas llegaron tarde, demasiado tarde.