El jueves pasado, 13 de noviembre, se estrenó 50 segundos, el documental que aborda el caso de Fernando Báez Sosa, el joven asesinado el 18 de enero de 2020 en Villa Gesell. A lo largo de tres episodios de una hora, la producción reconstruye lo que ocurrió aquella madrugada, cuando un grupo de rugbiers lo atacó hasta matarlo en menos de un minuto.
Dirigida por Martín Rocca y producida por Fábula, la serie presenta material exclusivo: imágenes de celulares, historias de Instagram de ambos grupos, cámaras de seguridad, registros del juicio y entrevistas a familiares. También incorpora, por primera vez, la palabra de los condenados y de sus allegados.
Aunque los rugbiers rompen el silencio, ninguno quiebra el pacto ni intenta desligarse de responsabilidades incriminando a otros.

Una reconstrucción minuciosa y dolorosa
50 segundos recorre el caso desde todas las miradas:
– Los amigos de Fernando relatan en primera persona cómo se desencadenó el ataque.
– Su mamá, Graciela Sosa, revive el dolor de enterarse de la muerte de su único hijo y el proceso judicial que enfrentó la familia. Su testimonio, como siempre, resulta profundamente conmovedor.
El documental también perfila la figura de Fernando desde la mirada de quienes lo conocieron: un joven solidario, trabajador, estudioso y de fuerte carácter.

En contraste, la representación de los rugbiers aparece cargada de violencia y deshumanización. Allí intervienen sus familias: hablan los Pertossi, la madre de Blas Cinalli y el padre de Máximo Thomsen. Todos expresan el dolor de ver la vida de sus hijos destruida, aunque se refieren al asesinato como “la pelea” o “la muerte del chico”, evitando nombrar a Fernando.
Una de las participaciones más controvertidas es la de Emilia Pertossi, hermana de Ciro y Luciano y prima de Lucas, quien compara la ausencia de Fernando con el sufrimiento de tener familiares presos. Su aparición generó un fuerte rechazo entre los espectadores.
“Emilia Pertossi”
Por las críticas que recibió Emilia Pertossi, hermana de Ciro y Luciano, y prima de Lucas, al defender a sus familiares en el documental del crimen contra Fernando Báez Sosa.
“No me quiero imaginar lo que es perder a un hijo, pero no es una competencia de qué… pic.twitter.com/DiBUbmOSeS
— Tendencias en Argentina (@porqueTTarg) November 15, 2025
Sin arrepentimiento ni respuestas
La palabra de los rugbiers, tanto en el juicio como en las entrevistas con Netflix, no expresa un arrepentimiento genuino. No mencionan a Fernando ni piden disculpas. El llanto aparece solo cuando hablan del dolor de sus propias familias.
Tampoco explican por qué intentaron involucrar falsamente a Pablo Ventura, por qué limpiaron la sangre de su ropa, por qué hicieron señas amenazantes antes de la agresión o por qué golpearon hasta matar. Hablan únicamente de su situación personal.
Mientras que cinco de ellos cumplen prisión perpetua, las imágenes finales muestran que para la familia y los amigos de Fernando no existe consuelo posible, aun con la condena dictada. Como describe el abogado Fernando Burlando, lo que obtuvieron fue “una justicia parcial”.

50 segundos llega para reabrir heridas, recordar lo ocurrido y dejar en evidencia que, a cinco años del crimen, el arrepentimiento brilla por su ausencia.





