Javier Milei, sobre todo después de asumir la presidencia, dijo muchas cosas que causan malestar y generan incomodidad, por ejemplo que quiere destruir al Estado o que la justicia social es una aberración. Claramente, la mayoría de los argentinos, incluyendo a los muchos que le dan la razón en otras cosas y lo votaron, no quiere escuchar eso. Pero al menos es sincero: él lo piensa y lo dice.
Acá en Catamarca, supuestamente, el peronismo lleva en el poder unos 15 años. Pero si se analizan los gobiernos que han pasado y sus acciones, de peronistas tienen sólo el discurso.
No dicen las cosas crudas como Milei, porque es piantavotos, y porque vende mucho más hablar de los humildes y la justicia social. Pero es de la boca para afuera. A la hora de gobernar la historia es otra.
En Catamarca, el jet set, la clase alta, los verdaderos privilegiados no son precisamente los niños, sino los funcionarios.
Los que manejan la provincia son, en los cargos más altos, millonarios llenos de propiedades, vehículos y lujos, que consiguieron mamando la teta del Estado y exprimiéndola con furia, sin saciarse nunca.
No sólo cobran fortunas, sino que se generan ingresos extra, negocios, pautas, contratos. Si alguien midiera el crecimiento patrimonial de los encumbrados afortunados de la “clase dirigente”, sería inexplicable lo que hacen. Donde viven donde viajan, muchos gastan diez o veinte veces sus sueldos.
Y están cebados, porque como liquidaron todos los organismos de control llenándolos de amigos, se controlan ellos mismos, lo que significa que no los controla nadie.
Y como se sienten con derecho divino, como los césares romanos, y le agarraron el gustito a vivir bien sin trabajar, meten a toda la parentela: esposa, novia, amante, hijos, cuñados, hermanos, primos. Si alguien pide la nómina de funcionarios y asesores se va a sorprender de la cantidad de veces que se repiten los mismos apellidos. Todos acomodados.
Lilita Carrió dijo una barbaridad hace unos días, eso de que en Catamarca se casan entre hermanos y primos y por eso hay mucha discapacidad. Pero hubiera acertado si decía que en Catamarca se dan nombramientos a hermanos y primos y por eso hay malos gobiernos.
Cuando Milei habla de la casta, si alguien no entiende lo que quiere decir, le alcanzaría con ver lo que es Catamarca. Son los reyes, los amos, los dueños. Todos viven de maravillas, todos viven de arriba. Usan al Estado en beneficio propio, se reparten la torta. Pero eso sí, con sentidos discursos sobre cómo ayudar a los pobres.
¿Qué tiene eso de peronismo? Es peronismo trucho. Es palabrerío. Dicen una cosa y hacen otra.
En Catamarca el pueblo es el que mantiene al Estado. Los que lo manejan se hacen millonarios, y los demás son rehenes cautivos de un sistema que los condena a servir a los jefes. Y a votarlos de vez en cuando.