La ciudad de Washington, epicentro de la política internacional, concentra en estos días la atención de analistas y funcionarios argentinos debido a una serie de reuniones clave para definir un paquete de apoyo financiero entre la administración estadounidense y el gobierno argentino. La llegada de Luis Caputo, ministro de Economía, y su equipo a la capital estadounidense coincidió con jornadas de alto hermetismo y movimientos diplomáticos que buscan delinear la hoja de ruta del auxilio prometido por la Casa Blanca.
El contexto de esta visita resulta singular. Donald Trump, presidente de Estados Unidos, decidió avanzar con gestos de acercamiento y apoyo explícito hacia el gobierno de Javier Milei. En paralelo a las negociaciones técnicas y estratégicas, Trump organizó una recepción oficial en la Casa Blanca, destinada a ratificar a la administración argentina como un socio prioritario para su política exterior. La iniciativa, planteada como un fuerte mensaje institucional, colocó a la Argentina en el centro del escenario diplomático norteamericano en un momento de definiciones.
Durante el fin de semana, la expectativa sobre los encuentros entre Caputo y John Bessent, principal interlocutor estadounidense para el diseño del apoyo financiero, mantuvo en alerta a funcionarios y agentes del sector económico, tanto en Argentina como en Estados Unidos. Fuentes de ambos países indicaron que se produjeron varios contactos en las últimas horas, aunque el contingente argentino y el gobierno estadounidense evitaron hacer declaraciones sobre el contenido de las conversaciones ni sobre los posibles términos del acuerdo.
Respecto de la misión a EEUU se refirió ayer el propio presidente Milei, durante una entrevista televisiva, en la que pidió basarse exclusivamente en lo que provenga de fuentes oficiales.
“Ahora estamos trabajando con el Tesoro norteamericano. Yo viajé a Washington y ahora están Caputo, Quirno, Daza, Bausili trabajando con el FMI y el Tesoro norteamericano”.
El objetivo fundamental de los enviados argentinos a Washington apunta a consolidar las condiciones de un salvataje económico con respaldo norteamericano, tal como prometió Trump a Milei durante las últimas semanas. Esta promesa se transformó en el motor político de la visita y en la base de las expectativas que dominan el escenario político en Buenos Aires y en el círculo financiero internacional. Caputo y sus asesores buscan determinar las líneas principales del auxilio, las exigencias asociadas al financiamiento ofrecido y los plazos en los que podrían canalizarse los fondos.
La agenda oficial contempló reuniones formales y encuentros bilaterales, pero la proximidad de la fecha límite para la resolución hizo que el secretismo permeara cada instancia. Las fuentes consultadas insisten en que Washington y Buenos Aires definieron un mecanismo de trabajo discreto, con la convicción de no anticipar detalles a la prensa hasta alcanzar un nivel de certezas en las negociaciones.
Mientras tanto, la recepción organizada por Trump en la Casa Blanca funcionó como un respaldo político central para el presidente argentino. El mandatario estadounidense convocó a referentes del gabinete y del Congreso norteamericano, y durante el acto subrayó el carácter estratégico de la relación bilateral. El gobierno argentino valoró este gesto como una señal que busca reafirmar la alianza entre ambos países y dotar de mayor legitimidad a la búsqueda del paquete financiero.
La dinámica de contactos durante estas jornadas resultó intensa. Fuentes próximas a la delegación argentina señalaron que se produjeron comunicaciones cruzadas entre funcionarios del Tesoro de Estados Unidos, el Fondo Monetario Internacional, la Casa Blanca y el Palacio de Hacienda argentino. No trascendieron detalles precisos sobre cifras, condiciones particulares o eventuales exigencias impuestas por la parte estadounidense, pero persiste la certeza en los círculos oficiales de que se busca blindar la economía argentina frente a los desafíos inmediatos en los mercados internacionales.