Llopis clama por transparencia

Llopis

Leticia Llopis está tan activa como en sus épocas de oro. Después de perder las elecciones por la conducción del Colegio de Abogados, donde militaba por el derrotado candidato Ricardo Ruiz, apareció en los medios para reclamar el desplazamiento de quien la venció en las urnas y se transformó en la Presidenta, Fernanda Rosales, quien finalmente se fue para asumir como Asesora General de Gobierno.

Ahora, la doctora está más mediática que nunca, y volvió para reclamar que los candidatos a asumir en la Corte rindan cuentas en audiencia pública, algo que no está previsto en ninguna ley, pero bueno, a ella le gusta la idea.

Llopis quiere transparencia y eso es bueno, para que no pase como cuando fundieron al Banco de Catamarca. Sería feo que se repita algo así con tanta impunidad.

Quizás la abogada Llopis recuerde el proceso, porque ella era entonces esposa de Miguel De la Orden, quien grabó su nombre en la historia como el último gerente general del fundido, vaciado y rematado ex Banco de Catamarca.

Según los memoriosos, Llopis fue una actriz protagónica en esa película de terror, que terminó con la liquidación de una herramienta clave para los catamarqueños.

Porque ella no era una simple primera dama, sino la última asesora legal del banco. Esto indicaría que era Llopis la que dictaminaba a favor de créditos incobrables y de la operación de transferencia de la unidad de negocios a favor del Banco Nación.

Eso lo hacía al mismo tiempo que se desempeñaba como abogada y esposa del gerente, con muchas acusaciones de incompatibilidad, a las que sumaba su rol empresario como participante de CIRSA.

La empresa CIRSA se encargaba de retirar el dinero para pagarles a los jubilados en su casa, y se recuerda que ese dinero no llegaba a manos de los jubilados, por lo que el Banco de Catamarca tenía que desembolsar, para pagar lo mismo, más de una vez. Los pobres jubilados y el pobre Estado eran los que se lamentaban… como para que el banco no se fundiera.

Ese hecho ocupó varias páginas policiales de la época, y la frutilla del postre fue que el Banco terminó por tomar más de 100 empleados de la empresa CIRSA, quienes al caerse el negocio amenazaban con hacerle un juicio laboral a la señora Llopis.

Estaría buena también una audiencia pública para recordar cómo se destrozó el Banco provincial. ¿Le parece doctora?

La Visión del Catucho

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