El juez nacional en lo Criminal N° 56, Alejandro Litvack, rechazó el pedido de indagatoria solicitado por el fiscal Martín López Perrando contra Cristian Graf, señalado como principal sospechoso en la causa por el crimen de Diego Fernández Lima, cuyos restos fueron hallados en mayo pasado en una vivienda del barrio porteño de Coghlan.
El magistrado resolvió no hacer lugar al planteo del fiscal al considerar que el dictamen no contiene “una concreta imputación bajo la cual intimar debidamente al acusado”. En su resolución, Litvack sostuvo que llamar a declarar a Graf en estas condiciones podría vulnerar “la garantía del debido proceso” y provocar “posibles futuras nulidades que entorpezcan el avance del proceso”. Por ese motivo, devolvió el expediente a la fiscalía para que aclare los términos de la acusación, en el marco del artículo 196 del Código Procesal Penal.
El planteo del fiscal
El fiscal López Perrando había requerido que Graf —excompañero de colegio de la víctima— sea citado a declaración indagatoria por los delitos de encubrimiento agravado y supresión de evidencia.
Según su dictamen, “si bien no fue posible determinar fehacientemente la autoría del homicidio de Diego Fernández, sí pudo acreditarse que efectivamente la víctima fue asesinada y ocultada en el interior de la finca que habitó y habita el imputado”.
El fiscal aseguró que, tras el hallazgo de los restos, Graf habría realizado “maniobras tendientes a encubrir la averiguación de la verdad”, con manifestaciones “para desviar la investigación desde su génesis” y con el objetivo de “garantizar la impunidad de su/s autor/es”.
En otro tramo del escrito, López Perrando destacó que el imputado mostró “preocupación y temor” cuando comenzaron las excavaciones en el domicilio lindero a su casa, y subrayó que se probó la existencia de un vínculo entre Fernández y Graf, dado que ambos fueron compañeros de colegio y compartían la afición por los motovehículos.
“Al día de la fecha es posible aseverar sin cortapisa que efectivamente el nombrado conocía la existencia del cadáver en el fondo de su casa”, remarcó el fiscal, al tiempo que cuestionó el “absoluto silencio” que mantuvo el sospechoso desde el hallazgo, ocurrido el 20 de mayo de 2025.
El caso
Diego Fernández Lima desapareció el 26 de julio de 1984, cuando fue visto por última vez en la esquina de Naón y Monroe. Tenía 17 años, jugaba al fútbol en el club Excursionistas y cursaba la secundaria en la ENET N°36.
Más de cuatro décadas después, en un terreno de Coghlan —cercano al chalet que en su momento alquiló Gustavo Cerati— fueron encontrados 151 fragmentos óseos junto con pertenencias personales de la víctima: una llave, un llavero naranja, parte de un reloj Casio, un dije, restos de prendas de vestir, piezas dentales y hasta 200 yuenes.
Con la decisión del juez Litvack, la investigación vuelve a la fiscalía para que precise los términos de la imputación contra Graf, mientras la familia de la víctima espera avances en el esclarecimiento de un caso que permaneció impune durante más de 40 años.