La Cámara baja continuaba esta tarde un debate intenso sobre una serie de proyectos de ley, entre ellos, los de financiamiento universitario y de emergencia pediátrica.
En una maratónica sesión especial convocada por la oposición, la Cámara de Diputados aprobó con amplia mayoría el proyecto de ley de financiamiento a la educación universitaria y recomposición salarial docente, que ya contaba con media sanción del Senado. La iniciativa obtuvo 158 votos afirmativos, 75 negativos y 5 abstenciones, y ahora será girada nuevamente a la Cámara Alta para su sanción definitiva.
El proyecto contempla un incremento en el presupuesto destinado a las universidades nacionales, con mecanismos de actualización automática y recomposición retroactiva que apuntan a contrarrestar los recortes ejecutados por el Gobierno nacional desde principios de año. También incluye un apartado especial para garantizar el pago de salarios docentes y no docentes en todo el sistema universitario público.
La media sanción se dio en un contexto de fuerte tensión política, con acusaciones cruzadas entre el oficialismo y la oposición, y mientras avanza el cierre de listas para las elecciones legislativas de octubre.
Durante el debate, bloques como Unión por la Patria, la UCR, Hacemos Coalición Federal y otros espacios del centro y la izquierda coincidieron en defender el rol estratégico de la universidad pública en el desarrollo nacional. En cambio, el oficialismo de La Libertad Avanza, junto a algunos aliados, rechazó el proyecto por considerarlo “incompatible con el equilibrio fiscal” y por carecer de previsiones presupuestarias concretas para su aplicación.
“La universidad dejó de ser una prioridad para el oficialismo”, lanzó la diputada Natalia Sarapura (UCR), mientras que el cordobés Agost Carreño (Encuentro Federal) criticó el “desvío de prioridades” del Gobierno y advirtió que “el país está eligiendo entre invertir en el futuro o hipotecarlo”.
Desde La Libertad Avanza, la diputada Mercedes Llano acusó a la oposición de “explotar causas nobles con fines electorales” y cuestionó que se incorporen mecanismos de actualización automática del presupuesto sin contemplar su impacto fiscal.
Pese al rechazo del oficialismo, la media sanción se logró con un amplio frente opositor que volvió a mostrar su capacidad de articulación parlamentaria en temas sensibles, como ya ocurrió con el tratamiento de la fórmula jubilatoria.