El pastor evangélico Daniel Ponce fue detenido el pasado jueves, acusado de haber abusado sexualmente de decenas de fieles a lo largo del país mediante un esquema de manipulación que habría sostenido durante al menos dos años.
Según la denuncia, Ponce organizaba encuentros masivos en distintas provincias, donde “les daba la palabra” a sus seguidores y los convencía de “profundizar su fe junto a él”, una estrategia con la que se habría ganado la confianza de sus víctimas antes de cometer los abusos.
La situación cambió cuando al menos una decena de jóvenes de distintas edades denunciaron haber sido víctimas de abusos por parte del pastor en diversos contextos. Esto dio origen a una investigación por parte de la Fiscalía N.°1 de Moreno, en la provincia de Buenos Aires, que finalmente derivó en su detención.
“Es una bestia que tiene iglesias en todas las provincias y lleva supuestamente a pasear a los chicos para abusarlos”, expresó a este medio una representante de la organización Madres Víctimas de Trata, que fue clave en la difusión del caso.
Desde la misma organización advirtieron: “Camina por todo el país dando la palabra y violando a los pibes. Es gravísima la situación, la verdad, un asco de persona. Es importantísimo que esto se viralice, que se haga público, porque la gente tiene que saber que no se puede creer en todos los pastores. No digo que todos sean malos, pero no se puede permitir esto, que haya tantas iglesias evangélicas sin control. Porque él tiene varias iglesias, va por todo el país”.
Muchas de las víctimas señalaron que llevaban años esperando que la Justicia actúe. La primera denuncia formal contra Ponce fue radicada hace dos años, pero desde entonces solo siguieron sumándose testimonios similares.
La investigación continúa su curso, y organizaciones de derechos humanos piden que se garantice contención psicológica, protección y justicia para todas las personas que decidieron hablar.