Entre abril de 2024 y abril de 2025, el número de trabajadores registrados en Argentina se redujo de 9.686.478 a 9.610.728, lo que representa una pérdida neta de 66.750 puestos formales, según datos publicados por la Superintendencia de Riesgos del Trabajo (SRT). El mismo informe muestra que desaparecieron 7.697 empresas formales en ese período, pasando de 504.497 a 496.800 unidades, una contracción del 1,52 %.
El dato contrasta con la recuperación de la actividad económica registrada en los últimos meses. El Estimador Mensual de Actividad Económica (EMAE) mostró un crecimiento del 5,5 % interanual desde diciembre, y en mayo de 2025 se registró un aumento del 2,3 % frente al mismo mes del año anterior. Sin embargo, el empleo registrado no acompañó ese repunte.
Un informe de la consultora Labour, Capital & Growth (LCG) advierte que, a pesar del impulso en gran parte del sector industrial, la recuperación del empleo no se ha materializado. Sólo los rubros de alimentos y tabaco presentaron una mejora en la contratación. Según LCG, las empresas están produciendo más, pero con menos trabajadores, apoyadas en procesos más intensivos en capital, ocupación de capacidad instalada ociosa y reorganización productiva.
Otro de los factores que impide la generación de empleo formal es el ingreso al mercado de personas sin experiencia laboral previa, que no logran insertarse en el sistema formal. A su vez, LCG señala que la base comparativa para medir la recuperación es baja, producto de la fuerte recesión previa.
Por su parte, el Centro de Economía Política Argentina (CEPA) remarcó que si se amplía la comparación a noviembre de 2023, cuando finalizaba la gestión anterior, la destrucción de empleo es aún mayor: se perdieron 237.445 puestos registrados, de los cuales más de 138.600 correspondían al sector público.