Vayamos revisando prioridades

estadio bicentenario

Casi cotidianamente, se anuncian desde el Gobierno obras y compras multimillonarias, algunas fantásticas, otras irritantes, pero todas con un mismo efecto, que es llevar a preguntarse al ciudadano promedio: ¿Es necesario en este momento?

A contramano de la severa crisis que viven miles de catamarqueños, con alrededor de 100.000 beneficiarios del Ingreso Federal de Emergencia, y los comerciantes que van cayendo como moscas a causa de la pandemia (cerraron El rincón de Lucho, Don Vaca, el Richmond, Los Intocables y decenas de pequeños y medianos negocios), el Gobierno parece hacer gala de una billetera gorda donde se informa sobre adquisiciones que parecen de otro tiempo.

Así, por ejemplo, se destinan más de 100 millones para reparar un estadio inútil, más ahora que no hay fútbol en el país ni se permite la reunión de público, se está reconstruyendo la Casa de Gobierno cuando el gobernador ya está instalado en un espacio apto como el Centro de Innovación, se anuncia un Nuevo Hospital a cambio de 1.000 millones en lugar de optimizar el que ya está funcionando, y hasta se da cuenta de verdaderos lujos como la millonaria compra de un avión más para la flota oficial.

Mencionamos sólo algunos de estos gastos, que son moneda corriente, y que capaz que algunos están muy bien, pero definitivamente no para este momento.

Lo que el Gobierno parece que no nota es que falta trabajo, que mucha gente no tiene ingresos fijos, que se está perdiendo empleo a la velocidad de la luz, que los catamarqueños se están endeudando para sobrevivir.

Mes a mes salen ayudas millonarias para todos los municipios porque no se está recaudando nada, y las comunas no alcanzan a pagar los sueldos.

Es verdad que hay una masa grande de empleados públicos que está bien, muchos de los cuales cobran hace meses sin trabajar, pero el Gobierno debe entender que está a cargo de todos los catamarqueños y no sólo de los que trabajan para el Estado.

El sector privado se está cayendo a pedazos. ¿Nadie lo nota? Lo que viene es un panorama muy complicado, y en lugar de buscar planes de reactivación serios, se pone el foco en cosas que no le brindan soluciones a nadie, con excepción de empresas favorecidas por los contratos de construcción.

Hay un discurso bipolar que habla de lo mal que están las cosas, por ejemplo, cuando algún gremio pide un aumento, y al mismo tiempo se arrancó la gestión con viajes al exterior y se informa sobre compras y obras que parecen dignas de la zona más rica de Suiza.

Vayamos revisando prioridades, porque hay hambre en la calle. Empiecen a pensar en generar trabajo de verdad y dejen un poco al costado los proyectos faraónicos, porque cierran locales todos los días que son fuentes de trabajo perdidas, y la cosa se está poniendo fea de verdad.

La Visión del Catucho

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