Inflación en baja: el Gobierno destaca la desaceleración y apuesta a un cierre de año con índices aún menores

El Gobierno nacional celebró la marcada desaceleración de la inflación en mayo, cuando el Índice de Precios al Consumidor (IPC) trepó solo 1,5%, la cifra mensual más baja en cinco años fuera del contexto extraordinario que impuso la pandemia. En comparación con abril (2,8%), la caída fue significativa y, según fuentes del Ministerio de Economía, ocurrió en un contexto de crecimiento económico sostenido, con una expansión anual del 6%.

Funcionarios del Palacio de Hacienda destacan que esta desaceleración se dio pese a la corrección de precios relativos en marcha y a la eliminación parcial de las restricciones cambiarias para personas físicas, medidas que muchos analistas preveían como posibles detonantes de nuevas presiones sobre el dólar y los precios. Nada de eso ocurrió: el tipo de cambio se mantuvo estable y la inflación bajó.

Además, un reciente informe de la Universidad de Buenos Aires indicó que, durante el primer año de gestión del actual gobierno, los servicios se encarecieron un 33% en términos relativos frente a los bienes, marcando una reconfiguración de precios internos. No obstante, productos estacionales como la lechuga (-25%) y la papa (-8%) ayudaron a moderar el índice general en mayo, junto a la postergación de aumentos tarifarios como el del gas.

En términos interanuales, la inflación se ubicó en 43%, aunque con fuertes diferencias entre rubros: el asado subió 68%, los huevos de gallina 56%, mientras que el arroz blanco se abarató un 20% y la lechuga, un 14%.

Perspectivas para lo que resta del año

Aunque el Gobierno evita hacer pronósticos públicos, el proyecto de presupuesto 2025 contemplaba una inflación del 18,3% anual. Hasta mayo, el acumulado se ubica en 13,3%, lo que implica que para cumplir con ese objetivo los precios deberían aumentar solo un 0,6% mensual en lo que resta del año. Un escenario que, a ojos del mercado, resulta difícil.

El Relevamiento de Expectativas de Mercado (REM), que reúne los cálculos de las principales consultoras privadas, proyecta una inflación anual del 28,6%, con tasas mensuales descendiendo levemente desde 1,9% en junio hasta 1,6% en noviembre.

Las proyecciones internas del Ministerio de Economía son aún más optimistas, anticipando una inflación mensual cercana al 1% hacia fin de año. Estas estimaciones se apoyan en la política de equilibrio fiscal, la restricción monetaria y un tipo de cambio contenido, aunque el mercado sigue atento a posibles tensiones por el atraso cambiario.

En la última década, valores del dólar real por debajo de los $1.000 (a precios actuales) provocaron correcciones abruptas, como ocurrió en 2014 o 2018. Hoy, el Gobierno intenta evitar ese escenario recurriendo al endeudamiento para no vender reservas y aprovechar el superávit comercial para recomponerlas.