FOPEA denuncia que Milei está detrás del 65% de las agresiones a periodistas

El clima de hostilidad hacia la prensa se ha intensificado de forma alarmante en Argentina, según denunció este sábado Fernando Stanich, protesorero del Foro de Periodismo Argentino (FOPEA), en declaraciones a Splendid AM 990. En base al último informe del Monitoreo de Libertad de Expresión, Stanich señaló que el año pasado se registraron 179 agresiones a periodistas, y que el 65% de ellas fueron protagonizadas directamente por el presidente Javier Milei.

“Estamos muy preocupados. No se trata de una mirada corporativa, sino de una advertencia seria sobre el deterioro de un pilar esencial para la democracia: la libertad de expresión”, aseguró Stanich. El informe indica que 2023 fue el segundo año con más casos desde que FOPEA comenzó a realizar este seguimiento, solo por debajo de 2013.

Stanich denunció que el presidente no solo agrede verbalmente a periodistas, sino que sus declaraciones y publicaciones en redes sociales funcionan como disparadores de campañas hostiles por parte de trolls organizados y seguidores, con nombre y apellido. “Lo que hace Milei es habilitar una catarata de mensajes violentos que generan un hostigamiento permanente”, alertó.

La organización también reveló que la violencia digital promovida desde el poder se traslada a hechos concretos, citando como ejemplos las agresiones sufridas por periodistas como Roberto Navarro, María Eugenia Duffard y Pablo Grillo. En ese contexto, FOPEA presentó una denuncia ante la justicia contravencional porteña por hostigamiento digital e instalación de noticias falsas, incluyendo la difusión de encuestas y diálogos inventados en nombre de la entidad.

Stanich cuestionó el silencio de sectores políticos y empresariales ante esta situación, y reclamó una reacción amplia y urgente: “No alcanza con comunicados, es hora de acciones más concretas. Esto no es solo un problema del periodismo, es una amenaza directa a la calidad democrática del país”.

Finalmente, advirtió que mientras la justicia avanza a un ritmo mucho más lento que la viralización de mentiras, el riesgo crece exponencialmente: “Seguimos trabajando y alertando, pero hay que ponerle un freno ya a esta escalada de violencia institucional contra la prensa”.