Dólar, inflación y PBI: las proyecciones optimistas para 2025 y las alertas para 2026

Economistas y analistas financieros se muestran sorprendidos por la mejora económica respecto a las proyecciones del segundo semestre. El Gobierno ha logrado reducir la inflación a menos del 3% mensual, mantuvo el ritmo de devaluación controlado al 2% y acumula reservas gracias al éxito del blanqueo de capitales.

Con este contexto positivo, expertos como los de Criteria compartieron sus proyecciones para 2025 en un desayuno con periodistas: anticipan una inflación del 23%, crecimiento económico del 5%, un ajuste devaluatorio del 20% y el cepo cambiario en pie hasta después de las elecciones. Según Gabriel Vidal, director de Relaciones Institucionales de Criteria, “el escenario ideal para el Gobierno es llegar a las elecciones con baja inflación y restricciones cambiarias controladas”, aunque el Índice de Precios al Consumidor (IPC) de noviembre podría complicar la reducción del crawling peg.

Los economistas coinciden en que, según las expectativas del REM (Relevamiento de Expectativas de Mercado) del Banco Central, la inflación interanual para 2025 podría alcanzar el 31,4%, notablemente inferior a los niveles actuales pero aún superior al 18,3% proyectado en el Presupuesto Nacional.

Por su parte, Econviews prevé para diciembre de 2025 una inflación interanual del 39% y un tipo de cambio de $1.540, mientras que la tasa de interés se mantendría en torno al 25% TNA. Gracias al blanqueo, los depósitos en dólares aumentaron en octubre, alcanzando los u$s34.578 millones, el valor más alto en años en términos nominales.

Aciertos y retos para 2025, desafíos para 2026
Desde Invertir en Bolsa (IEB), aseguran que la convergencia entre inflación y devaluación está cerca, lo cual sería crucial para flexibilizar el cepo cambiario. Si el Gobierno sostiene el proceso de desinflación, la acumulación de reservas y la baja del riesgo país, las perspectivas para 2025 se mantienen sólidas. Sin embargo, 2026 presenta desafíos globales, como posibles aranceles de EE.UU., un real brasileño más débil, y una probable disminución en los precios de los commodities, lo cual podría encarecer aún más la economía argentina en términos de dólares.