En Catamarca, los chorros gozan de buena salud

Señoras, señores del poder, si están en Catamarca roben tranquilos, acá nunca les va a pasar nada. Ese parece ser el mensaje de la Justicia, que puso punto y final a la causa del megafraude.. ¿cómo? Con la prescripción. Así de fácil, sólo era cuestión de esperar y aquí no ha pasado nada.

Veinte años estuvo la causa en la justicia. En esos 20 años, hubo juicios que se suspendieron: cinco en total. En lugar de investigar, lo que hizo la justicia fue rascarse y dejar que pase el tiempo. No siempre fue igual: a veces se rascaban con la mano derecha, a veces se rascaban con la mano izquierda.

El escándalo comenzó allá en 2004, con Eduardo Brizuela del Moral como gobernador. En esa época se armó un curro hermoso, que fue dar cursos que pagaba el Estado. Y se pagaron millones y millones hasta que alguien se dio cuenta de que estaban choriando a dos manos, que los cursos eran carísimos, truchos, que a veces ni se daban. Era la gallina de los huevos de oro, con unos vivos que presentaban facturas y otros vivos que las pagaban y se repartían las ganancias. Todo trucho, trucho, como corresponde en Catamarca.

Y bueno, un día alguien buchoneó y se armó semejante lío. Pero para la gilada, show mediático, circo. Tapas de diarios, promesas de investigación “hasta las últimas consecuencias”, caras serias, caras de fingida sorpresa e indignación. Lo de siempre.

Pero claro, no pasó nada. En realidad sólo pasó una cosa, el tiempo. Un año, dos, tres diez, veinte.

Y listo, todos a su casa. “Uyyy la causa prescribió, justo que íbamos a investigar”. Un papelón, un asco, lo de siempre en esta justicia rápida sólo para pedir presupuesto y regalarse millones y millones en sueldos.

Así que si alguien quiere hacerse rico ya sabe: que arme “fundaciones”, que le venda cursos al Estado y a cobrar. Si es todo mentira y plata fácil no importa. Esto es Catamarca, acá la justicia no juzga los chanchullos de los funcionarios. Jamás, jamás.

Es lo mismo que pasó con todas las causas políticas como el affaire Educación, las compras directas, los curros en OSEP, las obras sobrefacturadas o pagadas dos veces, la timba financiera, la liquidación del banco de Catamarca, los jubilados de pantalones cortos, todo igual… los funcionarios pueden afanar tranquilos, sin transpirar y sin despeinarse. La justicia los protege.

Felicitaciones a los imputados beneficiados:

– Pablo Córdoba Molas, ex secretario de Desarrollo Social.

– Ariel Regina, ex director de Políticas Juveniles.

– Hugo Diamante, ex titular de la fundación IDEIA.

– Carlos Arriazu, titular de la fundación Jóvenes en Progreso.

– Nancy Madueño, ex funcionaria de Desarrollo Social.

– Juan Andrés Barrios, ex contador general de la Provincia.

El catucho 

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