En la última Jornada Mundial de la Juventud (JMJ) celebrada en Portugal, el Papa Francisco dirigió un poderoso mensaje a más de un millón de jóvenes procedentes de todas partes del mundo. Desde el Parque Tejo de Lisboa, el Sumo Pontífice instó a los jóvenes a no temer cambiar el mundo y a luchar por la justicia y la paz.
En una emotiva ceremonia de clausura, el Papa Francisco se dirigió directamente a los jóvenes presentes, reconociendo sus sueños y aspiraciones, a menudo opacados por el miedo o el desánimo. “A ustedes, jóvenes, que cultivan sueños grandes pero frecuentemente ofuscados por el temor de no verlos realizarse; a ustedes, jóvenes, que a veces piensan que no serán capaces… Jesús les dice: No tengan miedo”, expresó con voz firme.
El Santo Padre subrayó que la verdadera luz interior no proviene de la fama o el éxito superficial, sino del amor desinteresado y del servicio a los demás, siguiendo el ejemplo de Jesús. “No nos volvemos luminosos cuando nos ponemos debajo de los reflectores, cuando exhibimos una imagen perfecta y nos sentimos fuertes y exitosos”, afirmó. “Brillamos cuando, acogiendo a Jesús, aprendemos a amar como Él, porque esta es la verdadera belleza que resplandece: una vida que se arriesga por amor”.
Además de enfocarse en la importancia de amar y servir a los demás, el Papa Francisco no olvidó las crisis internacionales, mencionando específicamente el conflicto iniciado en febrero de 2022 por la invasión de Rusia a Ucrania. Con palabras de esperanza, el Sumo Pontífice exhortó a los jóvenes a ser agentes de paz en un mundo necesitado de reconciliación y compasión.
La clausura de la JMJ no solo dejó palabras de aliento, sino que también anunció el próximo destino para la edición de 2027. El Papa Francisco emocionó a la multitud al revelar que la próxima Jornada Mundial de la Juventud se llevará a cabo en la vibrante ciudad de Seúl, capital de Corea del Sur.