89-01-23

Lo hicieron otra vez. Los políticos argentinos hundieron al pueblo en un caos de violencia, angustia, desesperación. Lo vivimos antes, y la historia se repite.

Saqueos, almacenes custodiados por Gendarmería, miedo en las calles, comerciantes que cierran. ¿Qué más necesitan? ¿Muertos? ¿Sangre?

Esto no es una flor del aire, no aparecieron los problemas de la noche a la mañana. Es la consecuencia de una clase dirigente corrupta, inepta e insensible, que sólo se ocupa de cuidar sus privilegios, de hacer negocios, de enriquecerse a costilla de la gente.

Es la consecuencia de un Estado diseñado para sostener en el lujo a administradores que se hacen multimillonarios sin trabajar, una parva de gobernadores, ministros, secretarios y asesores, índices de la nada, legisladores nacionales que embolsan millones mes a mes, con groseras ostentaciones y discursos estúpidos y vacíos, en un país que se cae a pedacitos, en un Congreso que no sesiona ni legisla ni resuelve, y que es un nido de ñoquis de lujo que se pasean con aire señorial y cara de piedra.

Políticos inservibles que no han resuelto un solo problema de los argentinos, siempre enfrascados en sus roscas y acomodos, chupamedias profesionales, hipócritas de sonrisitas para las fotos y puñales en la espalda.

Generadores de odio, egoístas pendientes exclusivamente de su bolsillo, mentirosos incansables, falsos, fracasados, que actúan en spots con frases que les arman otros mientras gozan en la riqueza más obscena mientras el 60 por ciento del país se derrumba en la miseria.

Arruinaron uno de los países potencialmente más ricos del mundo. Son siempre los mismos, los del 89, los del 2001, los de ahora, los mismos que se postulan como solucionadores. ¿De qué? Si todo esto lo hicieron ustedes.

Papanatas que creen que se conduce y gobierna por redes sociales. Cobardes que se esconden o se escapan mientras el país se incendia.

Son dueños de todo: del poder, de las leyes, de la justicia. Nunca responden por sus actos, nunca devuelven lo que roban, nunca asumen culpas ni se hacen cargo de nada.

Salgan a la calle y vean lo que pasa. Dios y la Patria se los van a demandar.

El Catucho.

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