Con pandemia o sin pandemia, con crisis o sin crisis, los políticos nunca pierden la mirada política, y están siempre atentos a los movimientos de amigos y rivales. Acá cocodrilo que se duerme es cartera, y aunque los discursos vayan por otro lado, nadie se permite una distracción.
Fue por eso que la semana arrancó con gestos de mal humor en Casa de Gobierno, y la bronca vino en encomienda desde la Cuna del Poncho, porque el intendente de Belén, Daniel Ríos, se despachó con la firma de un acuerdo con los gremios y el anuncio a los cuatro vientos de un suculento aumento para todos los municipales belichos.
¿Qué tiene esto de malo? Nada, al contrario, una alegría que la gente de por allá gane unos pesos más ahora que hacen falta, y enhorabuena si Belén no se suma a la lista de municipios con reclamos y quejas.
Claro, ese es el pensamiento general. El pensamiento político es otro: “¿Por qué Ríos otorga un aumento por su lado dejando mal parados a los demás intendentes y sobre a todo a la Provincia, que viene repitiendo hace rato que no hay plata para aumentos?
Eso enojó a más de uno en el team provincial, y no precisamente porque envidien las habilidades administrativas de “Telchi”, que en plena recesión se larga con mejoras salariales.
Lo que molestó a Casa de Gobierno es que Ríos hizo cola al igual que todos los demás intendentes, para llorar la carta y pedir ayuda por la baja recaudación, por los gastos, etc… y con la plata que le dieron desde Provincia para ayudarlo… ¡zas! Clavó un aumento y quedó como un duque él solo. Terrible golazo.
Pero llovieron las quejas: “¡Ah, no… así no vale!”.
Claro, acá estallaban cuando se dieron con la noticia, porque la picardía del intendente cayó mal en todos lados. Lo que pasa es que, por si alguien lo olvidó, “Telchi” ni siquiera es peronista. Y los intendentes compañeros hicieron reventar los teléfonos de Hacienda más que los de Susana Giménez cuando regalaba millones por TV.
¿A él le dan para que firme decretos de aumento y nosotros pasando hambre? Hubo multitud de explicaciones a los intendentes compañeros, pero ninguno se quedó conforme. En resumen, le dieron una mano a Ríos y los hizo quedar mal, con la gente, con los empleados públicos, y con los demás intendentes.
Y de paso cañazo Ríos los primereó a todos y se mostró dando un incremento salarial justo ahora que todos hablan de vacas flacas.
El Gobierno tuvo que salir a aclarar que no hay aumentos para el interior ni para nadie… pero a Ríos la jugada salió redonda, porque todas estas quejas políticas poco le importan a los empleados de Belén, que están contentos con la mejora.
Eso sí… la próxima vez que tenga que venir a pedir ayuda no sabemos qué tal lo recibirán…
